sábado, 23 de agosto de 2025

Un momento... De acuerdo a lo que sembremos cosecharemos

 


UN MOMENTO CON DIOS

De acuerdo a lo que sembremos cosecharemos.

 


“Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrá mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán. Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija que no se estima. Porque subieron a Asiria, como asno montés para sí solo; Efraín con salario alquiló amantes.” (Oseas 8. 7 - 9)

 

Este pasaje es una advertencia severa, pero profundamente reveladora sobre las consecuencias del pecado nacional y personal. Israel, al haberse apartado de Dios, sembró viento: acciones vacías, idolatría, alianzas humanas, religiosidad superficial. Pero Dios, que no puede ser burlado (Gálatas 6. 7), declara que esa siembra dará fruto: una tempestad. No solo no recibirán cosecha, sino que lo poco que produzcan será arrebatado por extraños.

La imagen de sembrar viento y cosechar tempestad es poderosa. Nos muestra que las decisiones alejadas de Dios, aunque al principio parezcan inofensivas o incluso provechosas, terminan destruyendo. Israel buscó protección en Asiria, tratando de asegurar su futuro con alianzas humanas en vez de confiar en su Dios. Pero en lugar de paz, hallaron ruina. En vez de seguridad, esclavitud.

Cuando dice que serán como “vasija que no se estima”, se refiere a la pérdida de propósito y valor espiritual ante las naciones. Al dejar su identidad como pueblo de Dios, terminaron siendo despreciados por aquellos mismos en quienes confiaron. Esta misma advertencia aplica a nosotros hoy. Cuando un corazón, una familia o una sociedad decide vivir lejos de Dios, terminan recogiendo el fruto amargo del pecado.

El mensaje de Oseas, aunque duro, es también una oportunidad para el arrepentimiento. Dios no habla para destruir, sino para advertir y ofrecer salvación. La solución no está en alianzas humanas ni en prácticas religiosas vacías, sino en volver sinceramente al Señor.

Que aprendamos de Israel. No sembremos viento en nuestras decisiones, actitudes o prioridades. Que cada paso sea guiado por la Palabra de Dios, para que nuestra cosecha sea de justicia, paz y verdadera bendición. Dios siempre está dispuesto a restaurar, pero espera un pueblo que confíe y dependa de Él por completo.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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