lunes, 25 de agosto de 2025

Un momento... El peligro de una doble vida

 


CADA DÍA CON DIOS

El peligro de una doble vida

 

 “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que hablasteis al oído en las recámaras, se proclamará en las azoteas.” (Lucas 12. 1 - 3)

 

Esta enseñanza, aunque breve, es profundamente confrontadora. Jesús advierte a sus discípulos y a la multitud que lo seguía sobre el peligro de la hipocresía, especialmente la que se disfraza de religiosidad. La "levadura" de los fariseos simboliza una influencia que, aunque pequeña al principio, se extiende y contamina. La hipocresía, entonces, no solo es un acto de falsedad personal, sino una actitud contagiosa que puede dañar comunidades enteras.

Los fariseos aparentaban piedad y justicia, pero en su interior albergaban orgullo, juicio, y dureza de corazón. Jesús expone que lo oculto, tarde o temprano, será revelado. No hay doble vida que pueda sostenerse para siempre. Dios ve más allá de las apariencias y conoce el corazón humano. Las palabras y acciones que creemos privadas, un día serán expuestas a la luz.

Esta advertencia es una llamada urgente a vivir con integridad. No se trata de perfección, sino de autenticidad: que lo que somos en lo íntimo coincida con lo que mostramos al mundo. En una época en la que la imagen pública es cuidadosamente construida, incluso dentro de contextos religiosos, esta enseñanza de Jesús es más relevante que nunca.

Pero también hay un consuelo aquí: si la verdad será revelada, entonces la justicia de Dios prevalecerá. Las mentiras, manipulaciones y abusos que el mundo encubre no quedarán sin respuesta. Dios hará brillar la luz sobre toda oscuridad.

Que vivamos entonces sin máscaras, temiendo más a Dios que a los hombres, y buscando agradarle con un corazón sincero. Solo en la verdad hay libertad. La luz de Cristo no viene para condenar, sino para redimir y transformar. Que nuestras vidas resplandezcan con la verdad del Evangelio, dentro y fuera.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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