viernes, 22 de agosto de 2025

Un momento... Cuidado con las falsas profecías


 

UN MOMENTO CON DIOS

Cuidado con las falsas profecías

 

“El día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5. 2)

 

A lo largo de la historia, han surgido innumerables falsas profecías que aseguran conocer el día y la hora del regreso de Cristo. Personas, grupos e incluso líderes religiosos han afirmado haber recibido revelaciones específicas sobre el fin del mundo, sembrando confusión, temor y a veces decepción cuando tales eventos no se cumplen. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara: “El día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5.2)

Esta metáfora del “ladrón en la noche” enfatiza que la venida del Señor será repentina, inesperada e imposible de predecir. Jesús mismo declaró: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre” (Mateo 24. 36). Esto debería bastar para desmentir cualquier intento humano de poner fecha al regreso de Cristo.

El problema con las falsas profecías es que desvían la atención de lo realmente importante: vivir preparados. En vez de centrarnos en adivinaciones, Jesús nos llamó a estar vigilantes y sobrios, como si el Señor viniera hoy. En Mateo 24. 44 dice: “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.”

La advertencia bíblica no es para atemorizarnos, sino para despertar nuestros corazones. La venida del Señor no es una amenaza para los creyentes fieles, sino una esperanza gloriosa. Pero sí es un llamado a vivir en santidad, en obediencia, y en vigilancia espiritual. No se trata de vivir con ansiedad, sino con expectativa, sirviendo a Dios con todo el corazón.

Cuando ponemos nuestra mirada en Cristo y no en las voces humanas, evitamos ser engañados. La Escritura nos equipa para discernir y mantenernos firmes. Ante la proliferación de mensajes falsos, debemos aferrarnos a la verdad bíblica y vivir como hijos de la luz.

Que cada día sea vivido como si fuera el último, no por temor, sino por amor y fidelidad a Aquel que prometió volver. Cristo vendrá, en el momento perfecto, y los suyos estarán listos si caminan cada día con Él.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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