UN MOMENTO CON DIOS
Cuidado con las falsas
profecías
“El día del Señor vendrá como
ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5. 2)
A lo largo de la historia, han surgido innumerables falsas profecías que aseguran conocer el día y la hora del regreso de Cristo. Personas, grupos e incluso líderes religiosos han afirmado haber recibido revelaciones específicas sobre el fin del mundo, sembrando confusión, temor y a veces decepción cuando tales eventos no se cumplen. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara: “El día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5.2)
Esta metáfora del “ladrón en
la noche” enfatiza que la venida del Señor será repentina, inesperada e
imposible de predecir. Jesús mismo declaró: “Pero del día y la hora nadie sabe,
ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre” (Mateo 24. 36). Esto
debería bastar para desmentir cualquier intento humano de poner fecha al
regreso de Cristo.
El problema con las falsas
profecías es que desvían la atención de lo realmente importante: vivir
preparados. En vez de centrarnos en adivinaciones, Jesús nos llamó a estar
vigilantes y sobrios, como si el Señor viniera hoy. En Mateo 24. 44 dice: “Por
tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la
hora que no pensáis.”
La advertencia bíblica no es
para atemorizarnos, sino para despertar nuestros corazones. La venida del Señor
no es una amenaza para los creyentes fieles, sino una esperanza gloriosa. Pero
sí es un llamado a vivir en santidad, en obediencia, y en vigilancia
espiritual. No se trata de vivir con ansiedad, sino con expectativa, sirviendo
a Dios con todo el corazón.
Cuando ponemos nuestra mirada
en Cristo y no en las voces humanas, evitamos ser engañados. La Escritura nos
equipa para discernir y mantenernos firmes. Ante la proliferación de mensajes
falsos, debemos aferrarnos a la verdad bíblica y vivir como hijos de la luz.
Que cada día sea vivido como
si fuera el último, no por temor, sino por amor y fidelidad a Aquel que
prometió volver. Cristo vendrá, en el momento perfecto, y los suyos estarán
listos si caminan cada día con Él.
Dios les bendiga
abundantemente.

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