martes, 3 de enero de 2017

Leyendo... Jueces capítulo 18


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LECTURA DIARIA:
Jueces capítulo 18

A la tribu de Dan se le asignó una tierra que era suficiente para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, debido a que no confiaron en Dios para que los ayudara a conquistar su territorio, los amonitas los forzaron a vivir en las colinas y no los dejaron establecerse en las llanuras. En vez de luchar por el territorio que les correspondía, prefirieron buscar una tierra nueva en el norte donde la resistencia enemiga no fuera tan fuerte. Fue durante este viaje hacia el norte cuando algunos de sus hombres pasaron por la casa de Micaía y robaron algunos de sus ídolos.
Los danitas no siguieron el propósito que Dios tenía reservado para ellos cuando se querían apoderar de Lais como su heredad. 
En todos estos incidentes, nadie deseaba adorar a Dios; en cambio, todos querían usar a Dios con fines egoístas. 
Micaía había hecho ídolos y contratado a un sacerdote para que practicara su religión personal, pero al pasar por allí los hombres de Dan se llevaron sus ídolos y al sacerdote y no le quedó nada. 
Dios había ordenado que limpiaran y destruyeran ciertas ciudades debido a su idolatría y maldad. Pero Lais no entraba en ese juicio. No estaba dentro de los límites asignados a Dan y su gente era pacífica en contraste con los cananeos guerreros. Pero la tribu de Dan no respetaba la Ley de Dios. La Ley de Dios decía que una ciudad idólatra debía destruirse. Los mismos de Dan eran culpables de este pecado. Esta historia muestra cuán lejos se apartaron de la Ley de Dios algunas de las tribus.
Solo porque los hombres de la tribu de Dan derrotaron a Lais no significa que sus acciones fueran buenas. Su idolatría mostró que Dios no los dirigía.

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