sábado, 21 de enero de 2017

Leyendo... 1 de Samuel capítulo 9


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LECTURA DIARIA:
1 de Samuel capítulo 9

Aquí comenzamos la segunda sección del libro de Samuel donde el principal personaje es Saúl. 
Su padre Quis se describe como un guerrero valiente de la tribu de Benjamín, que era la más pequeña de las tribus pero que demostró atributos de belicosidad y agresividad a través de su historia. 
Saúl quiere decir “pedido” o quizá “deseado” en hebreo, nombre que probablemente correspondía al primogénito. Se lo describe como joven y apuesto. Joven no se refiere a sus años de vida tanto como a su estado de fuerza y aguante. 
Las burras que formaban parte de las riquezas y propiedad de Quis habían desaparecido. Saúl y el criado van a buscarlas. Cumplen inconscientemente la voluntad de Dios haciendo diligencia por encontrarlas. En la tierra de Zuf el criado se acuerda que allí vivía el profeta. La falta de conocimiento de Saúl acerca de Samuel mostraba su ignorancia sobre los asuntos espirituales. 
Parece increíble que Saúl no hubiera conocido a Samuel, por lo menos de nombre. Su criado lo llama un hombre muy respetado, palabra que describe su estado de ser honrado en Israel. 
La primera preocupación de Saúl fue el protocolo, es decir, observar los buenos modales. Si se le pedía un favor al profeta, era lógico según las costumbres que le llevaran algo como muestra de respeto y recompensa. Se habían extendido demasiado en su largo viaje. Pero el criado había guardado la cuarta parte de un siclo de plata. 
Samuel había preparado un sacrificio, anticipando el ungimiento de Saúl. Cada gran evento era acompañado por un sacrificio y una comida, participando todos del evento. 
Dios le había revelado el día anterior que vendría a él un hombre de la región de Benjamín al cual debería consagrar como gobernante.
Por eso apenas vió Samuel a Saúl el Señor le reveló que era él del que le había hablado.
Apenas se presentó Saúl delante de Samuel, este le indicó que comiera con el que luego le revelaría todas las cosas antes de marcharse.
Saúl había buscado al vidente para saber de sus asnas. Sin que Saúl dijera nada, Samuel le avisa que se habían hallado y le revela de pronto el verdadero motivo para este encuentro. Es que todo Israel le daría su deseo o las cosas deseadas a Saúl. Aquí se entiende claramente que tiene que ver con los privilegios de un rey. 
Para confirmar su asombrosa declaración, Samuel hace sentar a Saúl y su criado a la cabecera de los invitados y le da a Saúl la porción escogida. Dios le había dicho que Saúl sería príncipe o líder de su pueblo. 
La conversación de Samuel con Saúl continúa esa noche en la azotea de la casa. Y al día siguiente Samuel le dice a Saúl que mande adelante al criado de manera que Samuel le dijera privadamente la palabra de Dios a Saúl.

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