UN MOMENTO CON DIOS
La solución para la
ansiedad.
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.” (1 Pedro 5. 6 – 7)
¿Sentimos a veces como si estuviéramos
cargando el peso del mundo sobre nuestros hombros?
Las cargas vienen en todas las
formas, pero tienen algo en común: nos agobian y nos agotan. Y cuanto más las
llevemos, más pesadas parecen.
A menos que las manejemos
adecuadamente, ellas pueden nublar nuestro pensamiento, interferir con nuestro
trabajo y afectar nuestra vida familiar.
Las soluciones que ofrece el
mundo a la ansiedad, en el mejor de los casos son temporales, pero Jesucristo
ofrece la única solución permanente.
El Señor nos anima a echar
nuestras inquietudes y preocupaciones sobre Él, porque Se preocupa por
nosotros.
Él es nuestro Fiel Sumo
Sacerdote que entiende nuestras debilidades e intercede por nosotros ante Su
Padre (Hebreos 4. 15; 7. 25)
Como Hijo del Hombre, Cristo
experimentó de primera mano las dificultades y las cargas de la vida terrenal.
Sabía cómo vivir con escasos recursos económicos sin sentirse ansioso (Mateo 8.
20), y cómo confiar en Su Padre mientras estaba bajo gran angustia emocional
(Lucas 22. 42 - 44).
Experimentó la traición de
Judas Iscariote y el rechazo de Su propio pueblo. Y aunque nunca pecó, fue
tentado.
Si estamos luchando bajo las
presiones de la vida diaria, ¿qué nos impide entregar nuestra carga a Cristo?
Tal vez lo hayamos intentado,
pero la pesada carga de preocupación pareciera seguir estando sobre nuestros
hombros. Hace falta humildad para admitir que no podemos manejar todo por
nuestra cuenta, y se necesita confianza para permitir que Dios resuelva la
situación de acuerdo con Su voluntad.
Pero si le entregamos la
carga, lo único que tenemos que perder es nuestra ansiedad.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario