UN MOMENTO CON DIOS
El factor Dios.
“Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55. 9)
Prácticamente todo el mundo
tiene dificultades, problemas económicos, entre otras cosas, enfrenta
situaciones difíciles o padece de una enfermedad.
Sin embargo, algunos saben
sobrellevar esas situaciones mejor que otros. Lo que marca la diferencia no son
las circunstancias sino más bien a quién acudimos cuando necesitamos ayuda.
El secreto para vencer
cualquier obstáculo o problema en la vida es “haz lo que puedas y deja de Dios
se encargue del resto”.
¿Qué es el “FACTOR DIOS”?
Isaías 55. 9 dice “Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos.”
Al hacer planes debemos
recordar que Dios es dueño de la situación y que Él es capaz de cambiar
corazones y situaciones, y lograr lo que nosotros no podemos hacer por nuestra
cuenta. Eso es el “FACTOR DIOS”.
Lo que parece ilógico a la
mente humana suele adoptar una perspectiva distinta cuando tomamos a Dios en
cuenta. Eso añade a la situación otro factor que desafía las leyes de la
naturaleza y hace realidad lo imposible.
El FACTOR DIOS significa
mantenernos firmes en Sus promesas. Significa confiar en Él, creer que
nada es imposible para Él y que Él puede suplir todas nuestras necesidades.
Significa que la fe sobrepasa todas las imposibilidades.
Aunque Dios vive en la
dimensión celestial, obra en el mundo real.
No solo reparte recompensas de
índole espiritual sino también bendiciones tangibles, visibles y materiales, de
esas que se miden en soles, dólares y euros.
Es Dios del cielo y también
del mundo terrenal. Trasciende ambos mundos, manda y vive en ambos, domina y
crea en ambos, y tiene poder para pagarnos en ambas monedas.
Debemos aprender a confiar en
que nos dará todo lo que nos haga falta, no sólo en lo espiritual –felicidad,
una meta en la vida, paz interior-, sino también en lo material. Su poder y Su capacidad
son más que suficientes para concedernos los bienes tangibles y prácticos que
necesitamos y además está deseoso de hacerlo.
No debemos limitar a Dios con
lo que pensamos que es capaz de hacer.
Hay que tener en cuenta que Su
influencia se extiende a todo y que puede llevar a cabo milagros no sólo en la
esfera espiritual sino también en el terreno físico. Puede concedernos
bendiciones tanto prácticas como espirituales. Francamente, todos necesitamos
muchas de tambos tipos.
En Su Palabra, Dios nos ha
hecho unas promesas extraordinarias. Son promesas que Él tiene intención de
cumplir. Nos las ha dado Dios, que es veraz y nunca miente. Él no exagera. No
abulta Sus promesas para enaltecerse a Sí mismo o para confortarnos. No hace
promesas porque desea que Le creamos y Le exijamos que las cumpla, a fin de
poder concedernos todo lo que Nos tiene reservado.
Si bien esas promesas no son
falsas, si son condicionales:
“Ama al Señor con
ternura, y él cumplirá tus deseos más profundos.” (Salmos 37. 4)
“Por lo tanto, pongan toda su
atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y
recibirán también todas estas cosas.” (Mateo 6. 33)
“Den a otros, y Dios les dará
a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta.
Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a
ustedes.” (Lucas 6. 38)
“Porque Dios el Señor nos
alumbra y nos protege; el Señor ama y honra a los que viven sin
tacha, y nada bueno les niega.” (Salmos 84. 11)
Depende de que cumplamos
cierta estipulación que en casi todos los casos consiste en obedecer Sus dos
grandes mandamientos:
Si cumplimos esos preceptos,
hay garantía de que las promesas se harán realidad, no forzosamente como
nosotros queremos o nos imaginamos, sino de la manera y en el momento que a Dios
le parezca más conveniente.
Dios como el Padre Sensato y
Amoroso que es, siempre sabe lo que es mejor para nosotros y Le encanta
dárnoslo. Ese es el FACTOR DIOS.
Dios les bendiga abundantemente.
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