lunes, 11 de abril de 2022

Un momento... Un día a la vez

 


UN MOMENTO CON DIOS

Un día a la vez

 

"Y el Señor dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no." (Éxodo 16.4)

 

A través de toda la Biblia, DIOS nos exhorta a vivir un día a la vez y a disfrutar plenamente de las bendiciones que ÉL tiene para nosotros en ese día, sin que la preocupación por el próximo día afecte nuestra paz y nuestro gozo.

En este pasaje DIOS le promete a Moisés que alimentará al pueblo de Israel que se encontraba cruzando el desierto hacia la tierra prometida, enviándole pan del cielo. Pero le advierte que cada día deben recoger la porción correspondiente a ese día y nada más.

Más adelante (Éxodo 16. 19) Moisés les recuerda que debían limitarse a recoger estrictamente lo que habrían de comer cada día y que no dejaran nada para el día siguiente. "Más ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés." (Éxodo 16. 20).

Hay una tendencia en el ser humano a actuar en contra de este concepto divino, quizás porque sentimos inseguridad por el mañana. Y entonces nos preocupamos excesivamente por el futuro en lugar de vivir tranquilamente el presente.

Por eso Jesús, en el Sermón del monte, les dijo a todos: "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal." (Mateo 6.34). No habla Jesús en contra de que seamos prudentes y tomemos las medidas necesarias para estar preparados con el fin de responder a distintas situaciones del futuro, sino que nos exhorta a no afanarnos, es decir a no angustiarnos por el mañana antes de saber qué nos traerá el mañana.

Si DIOS nos dice que no nos preocupemos por el mañana es porque ÉL suplirá todas nuestras necesidades cuando llegue el momento.

Al levantarnos en la mañana debemos dar gracias a DIOS por el nuevo día, pues sus misericordias son “nuevas cada mañana”, dice Lamentaciones 3.23.

David solía levantarse muy temprano a tener un tiempo de comunión con el Señor. En el Salmo 63. 1 él escribió: “DIOS, DIOS mío eres Tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela.”

Cuando creamos el hábito de tener un tiempo de oración temprano en la mañana, y allí encomendamos al Señor el nuevo día, y nos ponemos bajo Su dirección y Su cuidado, encontraremos que todo marchará bien para nosotros, y aun cuando encontremos dificultades sentiremos la mano de DIOS ayudándonos.

David también alababa a DIOS cada día. El Salmo 145. 2 dice: “Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.” Y al acostarse de nuevo acudía a DIOS en oración: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”, dice el Salmo 4. 8. 

Levantémonos temprano y pasemos un tiempo de oración y lectura de la Biblia. Encomendemos a DIOS ese día antes de comenzar nuestras actividades diarias.

Durante el día alabemos al Señor, démosle gracias por sus bendiciones y actuemos tratando de agradarlo en todo.

Al acostarnos, oremos dando gracias por el pasado día y pidamos al Señor que Su paz nos envuelva mientras dormimos. Mientras tanto ÉL estará preparando el día de mañana para nosotros.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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