viernes, 22 de abril de 2022

Un momento... Buena fama

 


UN MOMENTO CON DIOS

Buena fama

 

"Vale más tener buena fama y reputación, que abundancia de oro y plata". (Proverbios 22. 1)



En los tiempos antiguos, el nombre que se le daba una persona era un sinónimo de su personalidad. El nombre que una persona tenía definía su personalidad y su futura reputación.

Actualmente las cosas han cambiado notablemente. La mayoría de las personas creen que necesitan ser famosas y ricas para tener un buen nombre. Hoy vemos como nunca antes a la gente corriendo en forma desmedida en busca de promoción y fama. Son capaces de vender su vida al mismo diablo con tal de conseguir popularidad.
El pasaje de hoy nos dice que la posición y/o las riquezas, no definen el buen nombre y la buena fama. Muchos tienen un nombre y una fama degradada por el pecado. Son personas con hábitos de vida contrarios a lo que Dios enseña en su Palabra (La Biblia). Ellos viven de acuerdo a sus parámetros pero no según los principios exitosos de la Palabra de Dios.

Si queremos en esta vida alcanzar buen nombre y buena fama, será por nuestra calidad de vida y no por lo que tenemos. No todos los ricos y famosos son buenas personas. El dinero muchas veces degrada a la gente y la hace arrastrarse como animales.
Si decidimos caminar en esta vida fielmente como cristianos, teniendo a la Biblia como nuestro patrón de vida tengamos la absoluta seguridad de que tendremos un excelente nombre y buena fama. Todos nos conocerán por ser hijos fiel del Señor.
Preguntémonos ¿Somos conocidos por ser fieles a Dios y caminar de acuerdo a su Palabra? ¿Se habla de nosotros bien debido a que somos personas que caminan en integridad y pureza o somos conocidos por nuestro mal testimonio y malos hábitos?

Lo que al Señor le interesa es nuestro buen testimonio.  Lo que hacemos debe coincidir con lo que decimos y somos.

Cuidar nuestra imagen no debe ser una obsesión.  Pero sí debe ser nuestra santa ocupación.

La gente con los ojos  naturales no puede ver a Dios.  

Pero sí lo pueden ver en nosotros.

En nuestra manera de comportarnos. En nuestra forma de expresarnos.

En nuestra forma de hablar. En nuestra forma de relacionaros.

Somos nosotros lo que le mostramos a la gente quien es Dios. Somos representantes de Dios en la tierra. Somos embajadores

Una de las tareas de los embajadores es representar y dejar bien visto al país que representan.

Nosotros como ciudadanos del cielo dejemos bien parado el nombre de nuestro Dios en todo lugar donde nos movamos.

Cuidemos nuestro buen nombre más que las muchas riquezas. Cuidemos nuestra buena fama más que la plata y el oro.

Cuidemos de representar bien a nuestro Dios. Los demás lo ven… o no… en nosotros y en nuestra conducta.

Dejemos bien visto a Aquel a quien representamos en la tierra.

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario