miércoles, 20 de abril de 2022

Un momento... Seamos fieles

 


UN MOMENTO CON DIOS

Seamos fieles

 

“Y no sean como sus antepasados, rebeldes y necios, faltos de firmeza en su corazón y espíritu” (Salmo 78. 8)



La fidelidad es una cualidad interior que se refleja en nuestra conducta exterior. Nadie es realmente fiel si no vive como una persona fiel, si no piensa como una persona fiel, si no siente como una persona fiel. Algunos externamente parecen fieles pero en su interior alojan vicios de infidelidad. Esto puede pasar en una relación amorosa como también con Dios.
Nuestro concepto religioso de ir a la iglesia el Domingo, que muchas veces se hace más para cumplir con nuestra conciencia que para agradar al Señor, hace que vivamos una doble vida para con Dios: Infieles en la semana y fieles el Domingo.

Esta clase de cristianismo licuado ha hecho que muchos busquen otras salidas espirituales, en sectas y religiones falsas, pues lo que conocen de Cristianismo el algo tedioso y aburrido.

El cristiano que ha aprendido a caminar con fidelidad, cada momento de su vida, es igual dentro y afuera de la iglesia. Si uno mira los rostros de la gente dentro de una iglesia todos parecen muy santos, pero su realidad es la que reside en su corazón y lo que viven en la semana.

Dios está cansado de los infieles espirituales. Ellos son los que desacreditan el Evangelio de Cristo. Al diablo le encanta los cristianos infieles, pues ellos mismos con su vida testifican de un Dios que no vale la pena serle fiel.
No solamente debemos conocer la verdad acerca de quien Dios es, sino confiar en Él desde el corazón y mostrar esta fe salvadora por medio de una vida transformada de obediencia.

A través de la historia muchos han honrado a Dios con su comportamiento externo, pero fracasado a la hora de tener corazones convertidos.

Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”. (Isaías 29.13)

“Gente de Judá y de Jerusalén, circuncídense y reconózcanme como Señor,
pongan en su corazón la marca de la alianza; no sea que, por sus malas acciones, mi enojo se encienda como un fuego y arda sin que nadie pueda apagarlo”
.
(Jeremías 4. 4)
Es tiempo que nos demos cuenta que hemos sido rescatados de las garras del infierno, no para desacreditar el glorioso Evangelio de Cristo sino para demostrar Su poder con nuestra clase de vida fiel. No basta con decir que somos fieles. ¡Es tiempo de demostrarlo: en la oficina, en el barrio, en el hogar y en nuestra mente! ¡Vale la pena ser fiel al Señor porque Él siempre es fiel hacia nosotros y bendice a los fieles! ¡Gloria a Dios!

Dios les bendigaabundantemente.

 

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