viernes, 8 de abril de 2022

Un momento... La inseguridad

 


UN MOMENTO CON DIOS

La inseguridad

 

 “Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.”(Salmo 121. 2)

 

La inseguridad es un peligro sutil. Para reconocer este problema en nuestras vidas, debemos ver honestamente cuál es su origen. Identifiquemos algunas causas comunes de la falta de confianza.

Primero, la inseguridad surge de la sensación constante de no ser aceptado. Cuando crecemos pensando que no le agradamos a nadie, nos convertimos en adultos tímidos e inseguros.

Segundo, la tragedia puede originar estos sentimientos: un hogar deshecho, la muerte de un ser querido, entre otras.

Tercero, una mala imagen de nuestro cuerpo puede dañar la autoestima. El sobrepeso, defectos de nacimiento, pérdida del cabello, o cualquier otra cosa que lleve a las personas a verse a sí mismas con una óptica negativa. El resultado es un sentimiento de vergüenza que está presente en cada interacción personal.

Cuarto, las personas inseguras tienen a menudo una historia de haber sido eclipsadas por otras.  Cuando esto sucede, se sienten nerviosas con aquellas que parecen más inteligentes, más ricas, mejor parecidas, más exitosas, etc. Esto crea dudas en su capacidad de lograr algo por sí mismas.

Quinto, un serio “fracaso en la vida” puede dar como resultado una tremenda falta de autoestima. Debido a que nos volcamos a nuestro trabajo y familia, un fracaso en estas áreas tiene el potencial de afectar nuestro espíritu.

Si algunas de estas causas nos suenan familiares, recordemos que éste es un peligro que puede estar latente durante años antes de explotar de forma impactante.

¡No permitamos que la inseguridad siga infectando nuestro corazón por más tiempo!

Traigámosla a DIOS, quien quiere liberarnos de sus dañinos efectos.

DIOS es nuestra ayuda y nuestro pronto auxilio en la tribulación.

"Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia." (Salmos 46. 1)

Todos los días, no importa las tareas que emprendamos, declaremos y vivamos confiando que nuestra ayuda, nuestra provisión, nuestro sustento proviene de Dios.

Aún en medio de las circunstancias más difíciles tenemos que ver a Dios obrando en nuestro favor, protegiéndonos y librándonos del mal sabiendo que como nos enseña la Biblia, que: todas las cosas obran para bien para aquellos que amamos al Señor.

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”. (Romanos 8. 28)

Dios les bendiga abundantemente,

 

 

 

 

 

 

 

 

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