lunes, 4 de abril de 2022

Un momento... Seamos pacientes

 


UN MOMENTO CON DIOS

Seamos pacientes

 

 “Por tanto, no desechen su confianza, la cual tiene gran recompensa. Porque ustedes tienen necesidad de paciencia, para que cuando hayan hecho la voluntad de DIOS, obtengan la promesa”. (Hebreos 10. 35 – 36)

 

¿Cuánta paciencia tenemos? Cuando estamos en dificultades, no vemos la hora de superarlas. No pensamos en otra cosa. Nos obsesionamos con el problema toma y no conseguimos dejar de pensar en él. Lo que sucede es que con esa actitud, las cosas terminan empeorando. ¿Qué hacer entonces?

¡La paciencia es una virtud! especialmente cuando tenemos un problema. La paciencia nos ayuda a enfrentar los problemas de una manera más racional. Pero, ¿es posible esperar y tener paciencia ante los problemas?

Si hemos estado por mucho tiempo en medio de una situación difícil, y tenemos la sensación de que DIOS está ignorando nuestra necesidad, rechacemos ese pensamiento ahora mismo. Si Jesús dio su vida por nosotros cuando aún éramos pecadores, estando ahora justificados en su sangre mucho más se manifestará Su amor y Su protección en nuestras vidas.

Si creemos que DIOS está tardando mucho en dar respuesta a nuestras oraciones, seamos pacientes, sigamos orando, “confía en Él; y Él hará”, como dice el Salmo 37. 5. Ha­cer la vo­lun­tad de Dios con per­se­ve­ran­cia, ser cons­tan­te­men­te obe­dien­te, es la lla­ve pa­ra la ex­pe­rien­cia de que Él es­tá cum­plien­do Sus pro­me­sas. La lla­ve pa­ra ex­pe­ri­men­tar el cum­pli­mien­to de mi­les de pro­me­sas se en­cuen­tra, ex­clu­si­va­men­te, en Je­su­cris­to. Pe­ro ca­da pro­me­sa en sí tie­ne su pro­pia lla­ve.

Tomemos como ejemplo el versículo anterior, la llave está en el versículo 4 del Salmo 37 “De­léi­ta­te asi­mis­mo en Je­ho­vá, y él con­ce­de­rá las pe­ti­cio­nes de tu co­ra­zón”.

La más al­ta prio­ri­dad la tie­ne El, el Se­ñor, re­cién des­pués nos to­ca a nos­otros. Pe­ro, a tra­vés de es­to, de de­lei­tar­nos en el Se­ñor, nues­tros de­seos son san­ti­fi­ca­dos. Si és­te es nues­tro ca­so, en­ton­ces El, con gus­to, con­ce­de­rá las pe­ti­cio­nes de nues­tro co­ra­zón. Ob­ser­ve­mos aho­ra el ver­sí­cu­lo 5, cu­ya pro­me­sa es: “El ha­rá.” ¿Cuá­les son las dos lla­ves que se ne­ce­si­tan pa­ra que Él lo ha­ga? 1: “En­co­mien­da a Je­ho­vá tu ca­mi­no” y 2: “con­fía en él”.

Tengamos la completa seguridad de que el Señor nos ayudará a ver la mejor manera de superar o convivir con ese problema. 

Hay un proverbio bíblico que dice "Donde no hay conocimiento, no hay bondad; donde hay premura, hay locura" (Proverbios 19. 2). Por lo cual, no nos dejemos llevar por los impulsos y las emociones que sólo harán que actuemos irreflexivamente.

No tomemos decisiones apresuradas sino apartemos el tiempo necesario para analizar adecuadamente las implicaciones y consecuencias de nuestros actos.

Si nos parece que nuestra espera ha sido demasiado larga, podemos tener la absoluta seguridad de que DIOS está trabajando y creando las condiciones para que todo se realice de manera perfecta conforme a Sus planes. 

Ciertamente vale la pena confiar y esperar pacientemente en DIOS.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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