jueves, 15 de agosto de 2024

Un momento... Lo único que necesitamos es fe

 


UN MOMENTO CON DIOS

Lo único que necesitamos es fe

 

“Cuando Jesús regresó al otro lado del lago, la gente lo recibió con alegría, porque todos lo estaban esperando. En esto llegó uno llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Este hombre se postró a los pies de Jesús y le rogó que fuera a su casa, porque tenía una sola hija, de unos doce años, que estaba a punto de morir.

Mientras Jesús iba, se sentía apretujado por la multitud que lo seguía. Entre la gente había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre, y que había gastado en médicos todo lo que tenía, sin que ninguno la hubiera podido sanar. Esta mujer se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su capa, y en el mismo momento el derrame de sangre se detuvo”. (Lucas 8.40 – 48)

En medio de la multitud que lo recibía con gozo, viene a buscar a Jesús, Jairo un varón judío principal de una sinagoga con un pedido urgente. Su hija de doce años se estaba muriendo. Jesús sin dudarlo acude ante el pedido desesperado de este padre que en medio de tanta gente se había abierto camino para llegar a Él.
Mientras iba a casa de la niña, en medio de la multitud, aparece una mujer que padecía hace doce años de una enfermedad que ningún médico había podido curar. Años buscando ayuda para sanar ese mal que la aquejaba, había gastado todo lo que tenía y ya no le quedaba nada.
Sin embargo no dudo en su corazón y cuando vio pasar a Jesús, su fe la llevó a tocar Su manto. Tan solo eso le bastó y el milagro se produjo; ese flujo de sangre con el que había cargado por doce años, se detuvo.
Jesús inmediatamente se dio vuelta, Él sabía que había ocurrido un milagro. La mujer aún temerosa por haber tocado el manto de Jesús y haber detenido por un momento al maestro, se arrodilla ante EL conmovida por su sanidad.
Entonces Jesús pronuncia las palabras más hermosas que salen de su boca, para alguien que espera una sanidad tantos años: “Hija, tu fe te ha salvado, ve en paz”.
Que maravilloso es confiar en Jesús ante toda situación que estemos pasando. No importa el tiempo, ni la enfermedad, ni el problema, ni, aunque todos los recursos estén agotados.
Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos, aunque haya mucha gente alrededor y parezca que EL está ocupado en algo más importante. El Señor siempre está dispuesto a hacer ese milagro que tanto necesitamos, no dudes en acudir a EL. Aunque creas que ya no te queda nada lo único que necesitas es fe.
Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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