UN
MOMENTO CON DIOS
La paz
de Dios en nuestros corazones
"y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él." (Colosenses 3. 15 – 17)Lo que
tenemos en nuestro interior es aquello que hemos recibido durante los años, las
alegrías, las tristezas, las heridas, los rencores, los malos ratos, los
éxitos, etc. Todo esto afecta sin ninguna duda a la formación de nuestro
carácter y a como nos relacionamos con los demás.
Pablo
se preocupaba del interior de sus discípulos, y en este caso a los miembros de
la iglesia en Colosas, le preocupaba el corazón de estos jóvenes creyentes y
por eso les insta a ser gobernados por la paz de Dios y no por sus pensamientos
o sentimientos de manera que haya unidad entre ellos por medio del amor,
llenando y abundando en
Pablo
nos dice que debemos dejar que la paz de Cristo sea el árbitro en nuestros
corazones. Nuestros corazones son el centro de conflicto porque allí nuestros sentimientos
y deseos se oponen, nuestros temores y esperanzas, nuestro recelo y confianza,
nuestro celo y amor.
¿Cómo
podemos enfrentar estos conflictos constantes y vivir en la forma que Dios
quiere? Pablo explica que debemos decidir entre elementos conflictivos en base
a la paz: ¿qué elección promoverá paz en nuestras almas y a nuestro alrededor?
"Hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús" significa dar honor a
Cristo en cada aspecto y actividad de nuestro diario vivir, elegir aquellas
cosas que, no solo traigan paz a nosotros, sino también a los demás.
La paz interior
es la certeza de estar en la voluntad de Dios y esto es posible solamente por
lo que Cristo hizo en la cruz (Efesios 2.14 - 22; Colosenses 1.20). Esta paz
que el creyente debe tener o que debe gobernar, la tenemos que ejercitar en la
sociedad, convirtiendo así a la iglesia en un ejemplo de paz para el mundo.
Como
cristiano, representamos a Cristo siempre dondequiera que vayamos o en lo que
digamos.
Estos
son buenas directrices también en nuestro tiempo, en la época en que la
televisión nos muestra programas en el que discuten y gritan nosotros estamos
llamados a buscar la paz los unos con los otros y esto solo podremos hacerlo llenando
nuestro corazón de su Palabra y sin duda lo más importante de todo, sabiendo
que nuestra actitud sirve como representación de Cristo en nuestras vidas, por
eso todo lo que hagamos debiéramos hacerlo para su Gloria.
Nuestra
vida debe ser de acción de gracias hacia nuestro Dios por lo que él es, por lo
que él ha hecho y por lo que nos ha dado.
Dios
les bendiga abundantemente.
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