lunes, 12 de agosto de 2024

Un momento... El carácter de un siervo

 


UN MOMENTO CON DIOS

El carácter de un siervo


“Tengo razón para gloriarme en Cristo Jesús de mi servicio a Dios, porque no me atrevo a hablar de nada, aparte de lo que Cristo mismo ha hecho por medio de mí para llevar a los no judíos a obedecer a Dios. Esto se ha realizado con palabras y hechos, por el poder de señales y milagros y por el poder del Espíritu de Dios.

De esta manera he llevado a buen término el anuncio del evangelio de Cristo, desde Jerusalén y por todas partes hasta la región de Iliria. Pero siempre he procurado anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo, para no construir sobre bases puestas por otros”

(Romanos 15. 17 – 20)

En este pasaje, como en otros de Pablo, vemos el verdadero carácter de un siervo de Dios.
Su mirada, y el énfasis de su predicación, no están puestos en su persona, sino en la persona de Cristo. Qué bueno es rescatar estas particularidades que nos muestra el Apóstol. 
La gloria del ministerio debe ser para Cristo y el Espíritu Santo. Que podemos hacer los seres humanos por aquellos que están enfermos o prisioneros de fuerzas espirituales, usando tan solo nuestras manos, (imposición de manos) o utilizando nuestras palabras, por mejor que hablemos, (oración y reprensión).
Nada podemos hacer por nosotros mismos, todo lo que podemos hacer, se lo debemos a Jesucristo y al Espíritu Santo, por tanto, el reconocimiento y la gloria deben ser para ellos. 
Él se muestra como un instrumento en manos de Dios, para alcanzar a las naciones que están alejadas de toda esperanza, plantando allí, la semilla del evangelio, no solo con palabras, sino, además, con demostraciones del poder de Dios, a través de los milagros y prodigios realizados a través del Espíritu Santo. Esto mismo pasaba con Cristo, mientras Él realizaba su ministerio terrenal, por lo general, luego de cada predicación pública, Él utilizada un tiempo para ministrar el poder de Dios, a través de sanidades, liberaciones y diversos milagros.
Dios nos dice a través de Pablo que “el Reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”, (1 Corintios 4. 20). Nuestra responsabilidad frente a la sociedad, no es solo predicar la Palabra, sino también ser instrumentos para que Dios demuestre su poder, como también ser modelos creíbles de lo que es una persona transformada por Cristo.
Dios, además de todo esto, también nos muestra la importancia de “no edificar sobre fundamento ajeno”, esto sería hoy, no competir entre iglesias o entre hermanos, por los nuevos creyentes, o las zonas que queremos alcanzar con el evangelio, los más importante es que seamos responsables sobre aquellos que Dios nos confía, si somos fieles en lo poco, Dios nos dará también lo mucho.
Dios no quiere transformar nuestra dirección espiritual, sino transformar toda nuestra vida, empezando por nuestra forma de pensar, que es la que determina nuestra forma de ser. (Proverbios 23.7)
Este mundo actual, no es más incrédulo o idólatra, que el mundo antiguo. Dios ya lo hizo en aquellos días, hoy puede volver a hacerlo a través de su pueblo, la iglesia.
Dios los bendiga abundantemente.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario