miércoles, 14 de agosto de 2024

Un momento... Cuál es nuestro tesoro?

 


UN MOMENTO CON DIOS

Cuál es nuestro tesoro

 

“No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón”. (Mateo 6.19 – 21)



El ojo simple es el que se fija en un solo objeto. Ese objeto, “ese tesoro” para el creyente, es Cristo. Lo contemplamos “a cara descubierta” en la Palabra y esa visión ilumina todo nuestro ser interior. (2 de corintios 3.18).
Nuestro corazón no puede encontrarse a la vez en el cielo y en la tierra. Querer un tesoro celestial y, al mismo tiempo, atesorar riquezas para este mundo son dos cosas absolutamente incompatibles. Tampoco es posible servir a más de un solo señor.
Pero si renunciáramos a las riquezas, ¿No nos expondríamos a privaciones, o por lo menos al riesgo de carecer de lo necesario para nuestra vida?
El señor nos da una buena respuesta para esta duda: “Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?” (Mateo 6. 25)
Abramos nuestros ojos y observemos en la naturaleza, este ejemplo tan sencillo, pero tan genuino que nos presenta el Señor. Los innumerables pequeños testigos que hay en la creación de Dios de la conmovedora bondad del padre Celestial, las flores, las aves, los insectos, y la consecuente provisión que vez tras vez reciben sin pedirlo.
¡Dios no será deudor de ninguno de sus hijos que le dé el primer lugar en su vida y lo busque de todo corazón!

Dios les bendiga abundantemente.

 

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