viernes, 9 de agosto de 2024

Un momento... La importancia de bendecir a otros

 


UN MOMENTO CON DIOS

La importancia de bendecir a otros

“En fin, vivan todos ustedes en armonía, unidos en un mismo sentir y amándose como hermanos. Sean bondadosos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devuelvan bendición, pues Dios los ha llamado a recibir bendición”.  (1 Pedro 3. 8 – 9)



Cuando vemos la sociedad de hoy, nos damos cuenta, del trabajo fino, que ha hecho el enemigo en la mente de la gente, dado que se está viviendo, exactamente lo contrario en la mayoría de nuestras ciudades.
La pregunta que uno se hace inmediatamente, al ver esta realidad es, como se ha llegado a estos niveles de confrontación.
Me parece, que nos está faltando presencia en esta sociedad, me refiero a la presencia de la iglesia, no solo en lo cultico, o sea, en la organización de reuniones, sino más bien, lo que falta es la vida de la iglesia, interactuando con la vida de la gente.
Dios nos dice aquí, que seamos de un mismo sentir. Para lograr esto, es necesario que crezcamos en el ejercicio del amor de Dios, mirar al otro como un hermano, no solo en el sentido de que tenemos coincidencias en lo espiritual, sino tomar conciencia, de que somos de la misma familia de Dios, unidos por el Espíritu Santo, por lo cual, es esencial que guardemos la unidad del cuerpo de Cristo en amor.
También es necesario que llevemos ese mismo sentir, a la forma de relacionarnos con la comunidad, en la cual vivimos. Debemos sembrar las buenas actitudes a nuestro alrededor, como nos dice aquí, siendo amigables, bondadosos y humildes.
Qué necesidad tienen nuestros vecinos, de una sonrisa, de encontrarse con personas que son buenos de corazón, a la vez que no sean altivos, sino que transmitan su bondad en forma amigable y sincera, dispuestos a escucharlos. Allí podemos encontrar muchos motivos de oración, de sus necesidades reales, a la vez de tener una buena excusa, para el próximo encuentro, de preguntar cómo se está resolviendo la necesidad que nos compartió.
A veces, en esta tarea de interactuar con nuestros semejantes, alguno quizás nos responda mal, haga un mal gesto, nos rechace de mala manera. Dios nos pide, que no devolvamos la agresión, con más agresión, sino que, bendigamos a la persona, recordemos que el mal se vence con el bien.
Si seguimos la ley de la siembra y la cosecha, deberíamos sembrar bendiciones para recoger bendiciones. Además de esta realidad, la tarea de evangelización, da mejores frutos, cuando va precedida de bendiciones. Por eso, en vez de polemizar con temas que generan discusiones, tratemos de buscar temas en los cuales podemos coincidir, y no dividir, a la vez de bendecir a las personas, tanto en nuestro trato diario, como en nuestras oraciones.
Dios les bendiga abundantemente.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario