domingo, 18 de agosto de 2024

Un momento... Aprendiendo a depender solo de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Aprendiendo a depender solo de Dios

 

“Cuando José llegó, corrió a los brazos de su padre y lloró sobre su hombro un largo rato.”    (Génesis 46.29)

 

Hay momentos en la vida que parece que no llegan nunca, la espera se hace difícil. Más cuando en el camino de esa espera las situaciones se complican, como en la historia de José. ¡Todo iba de mal en peor!

Pero lejos de dudar y perder su fe, como haríamos muchos, José siguió adelante, confiando, aún en medio de la oscuridad del calabozo de la cárcel donde estaba.

Recién luego de ese trayecto vino el reconocimiento y el cumplimiento de lo que había soñado de parte de Dios. Pero todavía faltaba algo importante, el reencuentro con su padre amado.

“Cuando José llegó, corrió a los brazos de su padre y lloró sobre su hombro un largo rato”. Nos podemos imaginar la alegría tan grande que debió sentir José cuando vio a lo lejos a su padre, la Biblia enseña que corrió a sus brazos y abrazados lloró por un largo rato.

¡Qué experiencia tan anhelada por Jacob y por José! Estos dos hombres tenían algo en común habían aprendido a depender de Dios sin importar las circunstancias y adversidades que habían golpeado sus vidas y estaban recibiendo al mismo tiempo las bendiciones que llegaron como consecuencia de su perseverancia y su fe.

Al final esto es lo que cuenta tener una relación personal con Dios y vivir dependiendo de Él a cada instante.

Porque la plenitud de nuestra vida llegará cuando tengamos la certeza de que Dios nos ama y de que estamos parados en el lugar exacto donde Él quiere, haciendo lo que Él quiere, en sus tiempos y rodeado de las personas que Él así lo quiso.

¡Esta es la verdadera felicidad! Conocerle y vivir de acuerdo a su Voluntad. Jesús lo dijo muy claro en el Evangelio de Juan capítulo 17: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”

La manera infalible en la que podemos empezar a conocer a Dios es leyendo su Palabra con la intención de conocer su corazón, este es un gran inicio.

Empezaremos a pensar como Él siente respecto a ciertas situaciones, sabremos exactamente qué parte de la Biblia necesitamos compartir a quienes pasan por pruebas o incluso cual necesitamos aplicar a nuestra vida en las diferentes etapas que atravesemos.

Viviremos en paz confiado en el Señor al que ahora conocemos, nos sentiremos amado por Él, aceptaremos más fácil el perdón de nuestros pecados y experimentaremos libertad en áreas de nuestra vida que estaban atadas por la falta del conocimiento de Su Verdad.

¡Comencemos por Su Palabra, comienza por pasar tiempo con Él! Antes de lo que creamos estaremos cosechando las abundantes, inexplicables y maravillosas bendiciones del Señor en nuestra vida y la de los que nos rodean.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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