UN
MOMENTO CON DIOS
La
palabra que da vida
"Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra. De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.
De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra. Quita de mí el camino de la mentira, y en tu bondad concédeme tu ley. He escogido el camino de la verdad; he puesto tus ordenanzas delante de mí. Me apego a tus testimonios; Señor, no me avergüences. Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón." (Salmo 119. 25 – 32)La
gente está perdiendo la esperanza y las ganas de vivir y esto no solo sucede a
aquellos que no son cristianos, la presión de nuestra sociedad nos afecta a
todos y esto debe llevarnos más que nunca a acercarnos a
La
depresión y la tristeza aparecen en la vida cada vez más y más, nos hemos
vuelto dependientes de lo material, la economía flaquea y esto crea
desesperación, la felicidad desaparece y la agonía controla y domina nuestros
pensamientos, las sonrisas se convierten en muecas y los cristianos dejan de
brillar porque la oscuridad toma el control de las mentes, los corazones,
dejamos de confiar en el Dios que no proveyó, como dice el salmista nuestra
alma se postra en el polvo y perdemos el gozo.
La
crisis actual nos pone en alerta, pero lo cierto es que siempre ha habido
épocas de crisis y catástrofes naturales, y el creyente siempre ha enfrentado
las adversidades confiando en el Señor. Recordemos la sequía en tiempos de
José. Recordemos la viudez de Rut y Noemí. Recordemos la traumática experiencia
de Job. Este hombre, Job, era un hombre rico en lo material y justo delante de
Dios. Un día el diablo se presentó ante Dios y pidió su permiso para tocar
todas sus posesiones. En el mismo día Job perdió a sus criados, murieron sus
ovejas, robaron sus camellos, y un viento fuerte derribó la casa en la que
estaban sus diez hijos y todos ellos perdieron la vida.
¿Y cómo
reaccionó Job ante todo esto? Con estas increíbles palabras: “Desnudo salí del
vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el
nombre de Jehová bendito” (Job 1. 21)
Porque
el gozo no se fundamenta en lo temporal, no tiene nada que ver con lo que
tenemos, ni con la economía, ni con la familia, el gozo se fundamenta en Cristo
y Cristo solo se revela en
Su
Palabra es la que nos vivifica, ella es la que produce gozo en medio de la
amargura, la que nos fortalece cuando lloramos, la que al caminar en sus
mandamientos ensancha y fortalece nuestro corazón.
Dios
nos ha dado el tesoro más grande de su corazón, al Señor Jesucristo. Y si
nos ha dado a Cristo, ¿qué no nos va a dar?
“El que
no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8. 32)
¡Acerquémonos
a nuestro Padre Celestial y pidámosle con confianza y sinceridad!
Dios
les bendiga abundantemente.
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