viernes, 1 de noviembre de 2019

Tiempo... Génesis 4. 3 - 7



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Pasó el tiempo, y un día Caín llevó al Señor una ofrenda del producto de su cosecha. También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara.
Entonces el Señor le dijo: « ¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él”. Génesis 4. 3 – 7.


Al dar una ofrenda a Dios, Caín buscaba quedar bien con Él.  Tal vez esa era la intención original de Caín, pero luego salió a luz dónde estaba su corazón. 
Si Caín hubiera estado interesado en agradar a Dios, hubiera cambiado sus frutas por ovejas, y se las hubiera ofrecido al Señor.  Pero evidentemente él estaba más interesado en hacer lo que quería, que en agradar a Dios. 
Aún así, Dios le dio la oportunidad de recapacitar y arrepentirse.
En Su misericordia, Dios le advirtió que el pecado estaba a la puerta, pero aún estaba a tiempo para cerrar la puerta. 
Si él quería realmente agradar a Dios, debía poner sus ojos en el Señor, y no es sus propios deseos y emociones.
Pero, en lugar de arrepentirse, Caín le dio rienda suelta a sus emociones.
En lugar de cerrar la puerta al pecado, como Dios le había advertido, la abrió por completo.
De nuevo, en Su misericordia, Dios le dio a Caín la oportunidad de confesarse y arrepentirse. 
En lugar de arrepentirse y humillarse ante el Señor, Caín se llenó de orgullo, y esa fue la causa de su caída.
Todos fallamos.  Aún así, Dios está dispuesto a perdonarnos. 
Pero para recibir Su gracia, debemos ser humildes y arrepentirnos. 
Dios les bendiga abundantemente.

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