domingo, 10 de noviembre de 2019

Tiempo... Génesis 13. 5 - 9



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abram, tenía muchas ovejas y vacas, y gente que acampaba con él; pero el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales.
Ya no podían vivir juntos, pues los que cuidaban el ganado de Abram se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot. Además, en aquel tiempo, los cananeos y ferezeos todavía vivían allí. Así que un día Abram le dijo a Lot: Tú y yo somos parientes, así que no está bien que haya pleitos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. Ahí está toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú te vas al norte, yo me voy al sur, y si tú te vas al sur, yo me voy al norte”.  Génesis 13. 5 - 9

Todos hemos pasado en algún momento por situaciones desagradables y de desacuerdo, que nos han llevado a conflictos, o malentendidos que han sido públicos y que nos han herido. Hay mucha clase de conflictos, igual que hay muchas clases de reacciones ante ellos. Seguro que todos conocemos personas que después de un conflicto han roto su relación, no han querido saber nada el uno del otro, hermanos que han dejado de hablarse, matrimonios separados.
¡Qué importante es saber afrontar los conflictos de una manera correcta!
Lo mismo ocurrió con Abram y Lot, ellos estaban viviendo juntos, tenían pastores que cuidaban de sus ganados, pero el momento era tan bueno, eran tan prósperos que sus pastores empezaron a confrontar por el lugar.
Tras una disputa,  Abram tomó una decisión para buscar la paz, fue humilde dejando a Lot elegir hacia donde quería ir.
Ante un conflicto es básico primero de todo reconocer el conflicto. Tanto en el ofendido como el ofensor deben dar siempre el primer paso. ¡Cuántos conflictos evitaríamos llevando a la práctica esto!
Muchas veces el conflicto simplemente se puede resolver pasándolo por alto.  Siempre que sea posible, debemos pasar por alto la ofensa y perdonar a aquellos que nos hacen algo.
Otras veces la ofensa nos hace tanto daño que necesitamos que se nos pida perdón “Y si tu hermanos peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano”. Los conflictos se deben resolver a solas y en intimidad. Debemos ser prudentes y solucionar los problemas en la intimidad sin hacerlos públicos.
Nuestra responsabilidad únicamente es resolver los conflictos, así lo hizo Abram, fue pacificador.
¡Resolvamos los conflictos pasados y obremos correctamente en los conflictos que aparezcan en el futuro!
Dios les bendiga abundantemente.

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