domingo, 3 de noviembre de 2019

Tiempo... Génesis 6. 11 - 18


TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia, pues toda la gente se había pervertido. Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra, le dijo a Noé: He decidido terminar con toda la gente. Por su culpa hay mucha violencia en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero. 
Construye una barca de madera resinosa, haz cuartos en ella, y tapa con brea todas las rendijas de la barca por dentro y por fuera, para que no le entre agua. Haz la barca de estas medidas: ciento treinta y cinco metros de largo, veintidós metros y medio de ancho, y trece metros y medio de alto. Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo, y con una puerta en uno de los lados. Yo voy a mandar un diluvio que inundará la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá. Pero contigo estableceré mi alianza, y en la barca entrarán tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú”.  Génesis 6. 11 – 18.

Noé no halló favor ante los ojos de los hombres; ellos lo odiaron y persiguieron porque por su vida y predicación él condenaba al mundo: pero halló gracia ante los ojos de Dios y eso lo hizo más verdaderamente honorable que los hombres de renombre.
Cuando el resto del mundo era malo Noé mantuvo su integridad.  Fue honesto, su afán constante era hacer la voluntad de Dios.
Dios mira con favor a quienes miran sinceramente a Él con los ojos de la fe. Fácil es ser religioso cuando la religión está de moda; pero muestra fe y resolución firme nadar contra la corriente y estar por Dios cuando nadie más está por Él; Noé lo hizo así.
Toda clase de pecados se hallaban entre los hombres. Ellos corrompieron la adoración de Dios. El pecado llena la tierra con violencia y esto justificaba plenamente la decisión de Dios de destruir el mundo.
Dios contó a Noé su propósito de destruir el mundo malo con agua. Dios optó por hacerlo con inundación de las aguas que anegarían el mundo.
Dios estableció su pacto con Noé. Este es el primer lugar de la Biblia en que se halla la palabra “pacto. El pacto de gracia en que Dios será el Dios de Noé, y que de su simiente Dios tomaría un pueblo para sí.
Dios dio órdenes a Noé para que hiciera un arca. Esta arca era como el casco de un navío, adecuado para flotar sobre las aguas.
Dios hubiera podido salvar a Noé sin ponerlo a pasar trabajos, dolores ni problemas, pero lo empleó para construir lo que iba a ser el medio de preservarlo, para prueba de su fe y obediencia.
La confianza en Dios corona al obediente y diligente. Dios dio a Noé órdenes específicas sobre cómo hacer el arca, que, por tanto, no podían sino ser perfectas para su propósito.
Dios prometió a Noé que él y su familia serían mantenidos vivos en el arca. Probablemente nosotros y nuestras familias tengamos el beneficio de lo que hacemos por obediencia a Dios.
La fe de los padres da bien a sus hijos en esta vida y los encamina más por la senda a la vida eterna.
Dios les bendiga abundantemente.

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