martes, 19 de noviembre de 2019

Tiempo... Génesis 22. 1 - 2



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham. Lo llamó por su nombre, y él contestó: Aquí estoy. Y Dios le dijo: Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré”.  Génesis 22. 1 – 2


El valor de las cosas en esta vida es muy relativo, lo que para algunos puede ser muy valioso, para otra persona puede carecer de valor, o aquello por lo que se siente un cariño especial para otra persona puede simplemente producir indiferencia. Cada uno tenemos la mira y el amor en diferentes cosas. Los hay que vuelcan todo su deseo sobre el dinero, otros sobre las propiedades, otros sobre la fama o la popularidad, otros sobre su familia, otros sobre su trabajo, otros sobre ellos mismos, otros sobre la iglesia y así podríamos hacer una lista inmensa. Esto en realidad se llama idolatría.
Abraham tenía algo que amaba por encima de todo, seguramente por encima de su propia vida, aquello que le había sido prometido, su único hijo. Dios quiere probar a Abraham, quiere probar en que escalón de la vida de Abraham estaba. 
Dios mismo dijo: “Porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso”. A Dios no le va mucho lo de compartir lo que es suyo, lo que le pertenece. Dios no le gusta que los suyos anden con otros dioses.
A Él le costó muy caro que nosotros fuésemos justificados. La pregunta ahora es: ¿Qué amas tanto que estarías dispuesto a darlo en holocausto para servir a Dios?
Dios les bendiga abundantemente.

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