TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Pero Esaú corrió a su
encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Los dos
lloraron”. Génesis 33. 4
En nuestros días una de las
imágenes que más podemos ver en televisión es la de las familias destrozadas. Maridos
que matan a sus mujeres, padres que maltratan a sus hijos, hijos que son
llevados a juicio por maltratar a sus padres. Vemos matrimonios divorciados por
infidelidades, hermanos que dejan de hablarse por herencias, y muchos más
problemas comunes pero que lo único que hace es romper familias.
La relación de Jacob con su
hermano Esaú no fue precisamente una relación modelo, habían peleado y
discutido mucho, hasta el punto que Esaú cansado de los engaños de su hermano
decide matarle, antes esto Jacob solo puede huir.
Ante esta situación el miedo
de Jacob crece y llega el momento de su reencuentro.
Lo cierto es que la vida que
vivieron estos dos hermanos fue demasiado parecida a la que muchos hermanos
viven hoy en día. En la vida podemos elegir a nuestros amigos, nuestro trabajo,
nuestra mujer, pero no la familia en la que nos toca vivir, surgen conflictos,
y la familia es el núcleo central de la sociedad y ahí es donde satanás más
ataca, sabe que una familia destrozada provocará una sociedad destrozada, y es
su estrategia más clara en nuestro tiempo. Un tiempo en que el hombre ha
perdido su rol en la familia ante el feminismo, la mujer ha empezado a ocupar
el rol del hombre perdiendo también el suyo, y ante esto nos encontramos con
verdaderas familias desestructuradas ante los ojos de Dios.
Pero como siempre Dios tiene
cuidado de todo lo relacionado con el ser humano, y en la Biblia nos deja
algunas advertencias e instrucciones “Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó así mismo por ella”, “asimismo
vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos”, “hijos, obedeced a
vuestros padres en el Señor, porque esto es justo” “y vosotros, padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción
del Señor.”
Que el Señor nos ayude a
tener familias bíblicamente estructuradas para ser de buen testimonio a
aquellos que no creen.
Dios les bendiga
abundantemente.
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