jueves, 25 de noviembre de 2021

Cada día... Un tesoro escondido

 


CADA DÍA CON DIOS

Un tesoro escondido

En el capítulo 22 de 2 Reyes podemos ver nuevamente a alguien que sí sabía lo que quería, aunque le faltaban algunas cosas que más tarde las encontraría.

 

Estamos hablando del rey Josias, quien hacia lo recto delante de Dios. 2 Reyes 22.  2 “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.”

 A los diez años comienza hacer una obra de restauración en la casa de Dios, sabía que si era la casa de Dios debía estar en las mejores condiciones, 2 Reyes 22. 3 - 6 “A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo: 
Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, 
y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa; a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa”

 Cuando estaban moviendo cosas para poder realizar mejor su trabajo algo asombroso sucedió, encontraron un gran tesoro que cambiaría su vida y la vida del pueblo de manera total. Que gran ayuda es para alguien que se encuentre pasando necesidades económicas encontrarse un tesoro, le arregla la vida, 2 Reyes 22. 8 “Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó” Cuanta falta le hace hoy al pueblo de Dios volver a tener un encuentro maravilloso con la palabra, es necesario que removamos escombros que han tapado la ley de Dios, era en el templo donde encontraron oculto ese maravilloso libro, no dejemos que el facilismo, los problemas, y las falsas doctrinas de hombres nos oculten semejante tesoro.

 Josias era un buen hombre y se esforzaba por hacer lo que según él era lo   recto delante de Dios, pero no conocía de la palabra, tanto que el hallazgo resulto ser un descubrimiento dramático. 2 Reyes 22. 11 “Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos” Que estaba sucediendo que el rasgo sus vestidos.

 La verdad salía a flote, y no era lo que él esperaba, muchas veces hacemos cosas de buena conciencia, no lo hacemos de maldad pero puede ser algo no licito delante de Dios. 2 Reyes 22. 13 “Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito”

 El amor a la Palabra trae respuesta de parte de Dios. 2 Reyes 22. 18 - 19 “Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, 
y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová”

 La Palabra de Dios es capaz de hacer grandes reformas en nuestra vida personal, el rey Josias llevaba 10 años haciendo lo que según él, era lo recto, pero a partir de ese momento, ya no quiso fábulas, ni cuentos para su pueblo, así que los reunió desde el más chico hasta el más grande para escuchar palabra de Dios. 2 Reyes 23. 1 - 2 “Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová”

 Cuando leyó la Palabra, fue como si un velo se le quitara de los ojos, se dio cuenta que el templo de Dios estaba lleno de cosas desagradables para Él, hasta los sacerdotes resultaron ser idólatras.

 La Palabra de Dios nos convierte de corazón, y nos enamora cada vez más de Él.

No importa si muchas personas consideran que la Palabra de Dios es obsoleta, o pasada de tiempo, la Biblia seguirá siendo el faro que corrige, y orienta al pueblo de Dios. 2 Timoteo 3. 16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

 Dios les bendiga abundantemente.

 

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