lunes, 29 de noviembre de 2021

Cada día... Eliseo y el hacha

 


CADA DÍA CON DIOS

Eliseo y el hacha

El hacha tiene muchos significados, entre ellos significa trabajo, esfuerzo o guerra. Había un grupo de los hijos de los profetas que se cree estaban capacitándose en algo que se consideraba era una especie de escuela de profetas, el milagro que Dios realiza a través del profeta en esta ocasión no es tan significativo como los anteriores, no aparece agua, pero igual mantiene la misma línea de enseñar una forma de superación.

Dios es un Dios de excelencia, ser excelente no significa ser perfecto, ser excelente significa luchar cada día por ser mejor, y Dios quiere que cada día nos esforcemos por mejorar: en nuestra manera de ser, en nuestro trabajo, en la casa, en la iglesia, etc. en cualquier área que nos desempeñemos. Para esto ¿qué debemos hacer?

Detectar una necesidad: nosotros no debemos tenerle miedo a las necesidades, las necesidades nos permiten mejorar, cada vez que buscamos superar una necesidad avanzamos hacia el excito, muchos de los grandes inventos que hoy podemos disfrutar se lograron gracias a que había una necesidad, pero que alguien busco, y lucho para suplirla.

¿Cuál era la necesidad? 2 Reyes 6. 1 “Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho” estaban estrechos, les estaba yendo bien, necesitaban más espacio.

Buscar una solución: 2 Reyes 6. 2 “Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad”

1.    Tomar una decisión: la palabra clave ¡Vamos! Ellos no dijeron vayan, ellos dijeron vayamos, es más fácil, hacer que alguien avance cuando lo invitamos a que nos siga, y nos vea avanzar, a cuando solo le decimos que camine. No esperemos que otros hagan lo que a nosotros nos corresponde.

2.    Trabajo en equipo: tomemos cada uno una viga, en el hogar podemos salir más rápido de las crisis cuando actuamos en equipo, hagamos un plan de acción junto con la familia. Deleguemos actividades a nuestros hijos, ellos también pueden ser útiles.

Busquemos hacer equipo en la iglesia, si todavía te da temor evangelizar o discipular, ora por los que lo están haciendo, esa también esa una muy hermosa e importante labor.

3.    Actuar: “hagamos allí en que habitemos”, hagamos planes que los podamos realizar, no solo soñemos, soñar cualquiera puede hacerlo, si no podemos hacer algo todavía en grande comencemos con algo pequeño.

No hagamos nada si no estamos seguros de que Dios está con nosotros. 2 Reyes 6.  3 “Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré” En vano trabajamos duro si Dios no está con nosotros, el hace que nuestro trabajo sea más ameno, y rentable.

Para hacer muy bien un trabajo se necesita de una buena herramienta. 2 Reyes 6. 4 “Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera” Dios nos ha dotado de muy buenas herramientas para hacer nuestro trabajo: oración, palabra, discipulados, devocionales, anillos de seguridad (grupos de intercesión), Tiempos de ayunos.

Cuando más emocionados estaban trabajando, algo paso, alguien perdió el hacha. 2 Reyes 6. 5 “Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!” Se acabó la motivación, ya no oramos, ya no ayunamos, ya no acudimos a los grupos de oración. El amor en la casa se empezó a enfriar.

El hijo de profeta que hizo, ¡Grito! Muchas veces se nos pierde el hacha y no hacemos nada, empezamos a echarle la culpa a los demás, es que ella, es que él, es que los pastores. Si se nos perdió el hacha ya es hora de que hagamos algo para encontrarla, recordemos si nos tropezamos pero estamos de la mano de Dios, podremos pararnos de nuevo, si nos soltamos de Su mano nos caeremos y muy probablemente no nos volvamos a parar.

Reconoció que no era de él, que solo era prestada y que pronto llegaría el dueño y le tendría que responder por ella, recordemos que ese don que Dios nos dio, llámese talento, amor, hijos, esposa(o) solo es prestado, pronto vendrá el dueño y con qué le vamos a responder.

1.     Reconozcamos donde lo perdimos: 2 Retes 6. 6 “El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro” Si queremos recuperar el hacha recordemos donde fue que se nos cayó, en qué momento la perdimos, en que parte de nuestra vida se perdió el amor por nuestro esposo(a), por nuestros hijos, en qué momento dejamos de orar, de ayunar

2.     Reconozcamos nuestro error: no le echemos la culpa a los demás.

3.     Aceptemos que Cristo es la solución: el pedazo de palo significa Cristo, solo él puede sacarnos y sacar lo que hemos perdido en el fondo del fango, o de lo más profundo del rio

Recojámosla, 2 Reyes 6.  7 “Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó” si Cristo ya saco de lo más profundo del rio lo que nosotros perdimos, entonces recojámosla porque Él no lo hará por nosotros, Dios solo hace lo que nosotros en realidad no podemos hacer, a nosotros nos corresponde hacer nuestra parte.

Dios les bendiga abundantemente.

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