jueves, 11 de noviembre de 2021

Cada día... Un lugar para adorar a Dios

 


CADA DÍA CON DIOS

Un Lugar para Adorar a Dios.

 

En la antigüedad había una gran disputa entre judíos y samaritanos cada uno daba razones y argumentos para considerar su ciudad como el lugar correcto de adoración.

Hoy en día han pasado muchos años y todavía los grupos cristianos y no cristianos siguen pelando con respecto a que el lugar en que cada uno se congrega es el verdadero lugar.

Jesús le explicaba a la samaritana que la verdadera adoración no nace en los templos o ciudades, la verdadera adoración nace en el corazón de cada creyente.

La verdadera adoración no depende del lugar. Juan 4. 20 - 21 “Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.”

La verdadera Adoración depende de la intención que tengamos en nuestro corazón. Juan 4. 23 - 24 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

Si  no adoramos a Dios en nuestro corazón no importa a cual templo vayamos igual no podremos adorarlo.

El templo es el lugar donde los corazones y las intenciones se unen y se desbordan para hacer una gran adoración.

Por eso, también es importante que nos congreguemos y compartamos con los hermanos la adoración.

En este capítulo de 2 Reyes 12 el rey Joás le pidió al sacerdote Joiada que reparara el templo, que dedicara todos los recursos de dinero que el pueblo daba a sellar las grietas del templo.

2 Reyes 12. 7- 9 “Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo. Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del templo. Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová”. Así como se debe reparar y embellecer el templo de Dios, nuestras vidas, ahora, que son el templo de Dios también deben ser reparadas para poder tener una mejor adoración.

En el templo podemos animarnos mutuamente. Hebreos  10. 25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Es en el templo junto a los hermanos es donde podemos hacer que se desborde todo nuestro deseo de adorar a Dios y eso hace que la presencia de Dios se manifieste. 

Pero en el templo hecho de ladrillos o piedras no podemos contener la presencia de Dios, es ahí a solas con Dios donde si podemos demostrarle nuestro amor y toda nuestra adoración.

Dios les bendiga abundantemente.

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