TIEMPO DE REFLEXIÓN
“José quitó a los niños de
las rodillas de su padre, y se inclinó hasta tocar el suelo con la
frente. Luego tomó a los dos, a Efraín con la mano derecha y a
Manasés con la izquierda, y los acercó a su padre.
Así Efraín quedó a la
izquierda de Israel y Manasés a su derecha. Pero al extender Israel
sus manos, las cruzó y puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, que era
el menor, y la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, aunque él era el
mayor”. Génesis 48. 12 – 14.
Hoy en día hay un elemento que
no puede faltar en la vida de cualquier persona, una agenda, que puede ser un
teléfono móvil con sus recordatorios, o cualquier cosa que nos recuerde que
tenemos cosas que hacer.
El ser humano siempre ha
querido planificar su futuro, tanto el inmediato como el próximo, siempre ha
querido tener a mano todo lo necesario para descansar tranquilo.
Siendo Israel ya anciano,
José llevó a sus dos hijos ante él para que les bendijese. José sabía cómo
funcionaba la cosa, el mayor recibía como primogénito una mayor bendición que
el menor, esto era así y ya preparó a sus dos hijos para que su abuelo
bendijese a cada uno. Pero Israel sabía lo que era ser el menor y recibir la
bendición, sabía cuál era el plan de Dios, así que cruza sus manos y les
bendice al revés, el menor recibe mayor bendición.
Pocas cosas hay que le
puedan fastidiar más a un hombre que el hecho de no recibir aquello que les
pertenece, nos sabemos todos nuestros derechos laborales, civiles, penales,
etc. No nos van a engañar, y si lo intentan ya buscaremos la manera de
reclamarlo. Nos gusta planificar y hacer nuestro propio camino, preparar
nuestro futuro en cuanto a nuestras decisiones. Nadie puede decirnos qué camino
tomar, somos dueños de nuestro destino.
Todo esto está muy bien,
pero olvidamos una cosa, no somos dueños de nada, si somos hijos de Dios. Un
hijo de Dios, no puede hacer planes porque su Señor es quien toma las
decisiones.
Lo mejor de que Dios
gobierne nuestras vidas es que todo lo que hace lo hace por nuestro bien, a
veces es verdad que tuerce nuestros planes, pero todo con un propósito
porque “hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es
camino de muerte”. Él como un buen pastor nos guía y nos lleva
a “lugares de verdes pastos” y “junto a aguas de reposo me conduce”.
Tener planificación en
nuestra vida es bueno, pero no hay mayor planificación que la de Dios, así que
como el salmista digamos “ve en mi, si hay camino malo, y guíame en el
camino eterno.”
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario