TIEMPO DE REFLEXIÓN
“…para que Satanás no
tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus ardides”.
2 Corintios 2. 11
En la mitad de una clase, en
una universidad, uno de los alumnos, inesperadamente, le preguntó al profesor:
– ¿Usted sabe cómo se
capturan los cerdos salvajes?
El profesor creyó que era
una broma y esperaba una respuesta graciosa.
El joven respondió que no
era una broma, y con seriedad comenzó su disertación:
– Para capturar cerdos
salvajes, primero se localiza un lugar en la floresta al que los cerdos
salvajes suelen ir, y allí se coloca diariamente un poco de maíz en el suelo.
Así, los cerdos salvajes
vienen todos los días a comer el maíz “gratis” y, cuando se acostumbran a venir
diariamente, usted va construyendo una cerca alrededor del lugar donde se
acostumbraron a comer, un lado por vez…
Cuando ellos se acostumbran
a un lado de la cerca, vuelven para comer el maíz, y usted construye otro lado
de la cerca…
Ellos vuelven a
acostumbrarse y vuelven a comer.
Usted va construyendo la cerca
alrededor, poco a poco, hasta instalar los cuatro lados del cercado alrededor
de los cerdos.
Al final, instala una puerta
en el último lado.
Los cerdos ya están
habituados al maíz fácil y a las cercas, y así comienzan a venir solos por la
entrada.
Es entonces cuando usted
cierra el portón y captura a todo el grupo.
Así de simple, paso a paso,
hasta que en el último segundo los cerdos pierden su libertad.
Ellos comienzan a correr en
círculos dentro de la cerca, pero ya están presos.
Después, comienzan a comer
el maíz fácil y gratuito.
Se acostumbran tanto a eso
que se olvidan de cómo cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud.
Incluso, se muestran
agradecidos con sus captores y, durante generaciones van felices al matadero.
Ni siquiera desconfían de
que la mano que los alimenta, es la misma que los mata.
Esta es la táctica que
utiliza el enemigo para ganar nuestro favor y comprar nuestra voluntad.
Nos muestra todas aquellas
cosas que nos pueden gustar y nos las ofrece en bandeja de forma tentadora.
Y una vez que comenzamos a
gustar de esas cosas y entramos en su trampa al tiempo nos damos cuenta que
hemos rendido nuestra voluntad y perdido nuestra libertad, y lo que es peor
terminamos aceptando la esclavitud así como los cerdos salvajes.
Pablo nos advierte
claramente en 2 Corintios 2.11 que la manera de evitar que satanás tome ventaja
sobre nosotros es no ser ignorantes de sus maquinaciones, sus engaños y sus
esquemas.
No tenemos porqué caer
presos en los esquemas de diablo. Él puede planear cosas en contra nuestra
durante todo el día. Puede amenazarnos y tratar de atraparnos con toda clase de
engaños.
Pero no tenemos que caer en
su trampa.
En un mundo lleno de
trampas, el diablo nunca podrá atraparnos si vivimos nuestra vida, bajo la
sombra del Omnipotente.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario