UN MOMENTO CON DIOS
Dios es la fortaleza de
nuestra vida
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado”. (Salmo 27. 1 – 3)
En la Biblia encontramos dos
formas de temor, el uno es el temor del Señor, el cual es beneficioso y debe
ser avivado, pues es un temor reverencial a Dios, es un reconocimiento de todo
lo que Él es. El temor del Señor conlleva muchas bendiciones. En Proverbios 19.
23 dice, “El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el
hombre; no será visitado del mal”.
No obstante, el segundo tipo
de temor mencionado en la Biblia es perjudicial y debe ser superado pues no es
beneficioso en absoluto. Este es el “espíritu de cobardía” mencionado en 2
Timoteo 1. 7 donde dice, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino
de poder de amor y de dominio propio”. Es decir, que este miedo no viene de
Dios, ni la voluntad de Él es que estemos afligidos y llenos de temores.
Cuenta la Biblia que el éxito
de David en la guerra contra los filisteos provocó la envidia del rey Saúl, y
mientras David tocaba el arpa, un espíritu maligno se apoderó de Saúl, e
intentó clavarlo con la lanza, pero David la esquiva, de modo que la lanza
quedó clavada en la pared y David tuvo que huir.
En estas circunstancias,
¿quién no siente miedo? David huye del palacio y de la ciudad. Sabe que el rey
ha determinado quitarle de en medio y que no hay ningún lugar seguro en
Jerusalén. Pero David lleva sus miedos al Señor, y proclama: «Jehová es mi luz
y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida».
Este Dios, que se llama
Jehová, «yo soy el que soy», es el que nos buscó, él que envió a su Hijo para
llamarnos, y nos dio el perdón y la vida eterna, si hemos creído en Él.
Cuando sabemos y conocemos que
Jesucristo nos ama y dio su vida por nosotros, entonces sabremos que Él es la
fortaleza de nuestra vida y no habrá enemigo que nos pueda hacer frente.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario