UN MOMENTO CON DIOS
Andemos por fe, no por vista
“no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas." (2 Corintios 4.18)
“Porque en esperanza fuimos
salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve,
¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo
aguardamos." (Romanos 8. 24 – 25)
En la historia de Noé, de
Abraham, de Moisés y de muchos hombres usados por Dios en sus propósitos, hay
una característica particular que debemos aprender: Ellos confiaron en Dios,
acerca de cosas que aún no habían sido vistas.
Dios les declaró las cosas que
habían de suceder, aunque en ese tiempo, todo a su alrededor, es decir lo que
podían mirar, dijera lo contrario. En el tiempo de Noé, se burlaban de él, no
creyeron en su testimonio para salvación de su vida.
Abraham confió en que
recibiría una tierra prometida y una descendencia numerosa, obedeció para salir
al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba, aunque
era imposible que a su edad su esposa tuviera un hijo, él confío en esa
promesa, y a su tiempo fue hecha realidad. (hebreos 11. 7)
Por la fe obedecemos cosas que
incluso no vemos, pero que tenemos la certeza que van a llegar, que
indefectiblemente se cumplirán. Estas cosas que están escritas en la Palabra de
Dios son las que debemos obedecer, aunque las circunstancias externas muestren
lo contrario, pues son más reales que la vida misma, por eso aguardamos con
paciencia, su cumplimiento.
Aprendamos de estos hombres de
fe que confiaron en Dios, que no podían mirar la promesa, pero a su tiempo la
recibieron. Si confiamos en sus promesas invisibles, en el eterno poder del
Señor, seremos usados para impactar a toda nuestra familia, nuestra nación y
este mundo.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario