domingo, 1 de mayo de 2022

Un momento... Consuelo a los demás

 


UN MOMENTO CON DIOS

Consuelo a los demás

 

 “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14. 16)

 

Todos tenemos días en los que nada parece salir bien. En ocasiones pasan semanas y hasta meses y nada de lo que planeamos resulta de la manera que esperábamos. Y no importa cuán fuertes seamos, todos experimentamos momentos de frustración y desaliento, y a veces nos envuelve un cierto sentimiento de derrota. Es entonces cuando nos damos cuenta de lo débiles que somos. Sin embargo, cuando llegamos a este punto, es que descubrimos el increíble poder de DIOS y el apoyo y el consuelo que ÉL nos ofrece.

DIOS nunca dice: “Date por vencido. De todas formas vas a ser derrotado.”  Todo lo contrario, su Palabra nos recuerda que “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8. 37).

A través de toda la Biblia, Dios nos habla de Su infinita gracia y misericordia, y de Su amor que “excede a todo conocimiento” (Efesios 3.19).

Todo esto está disponible para nosotros. El Señor quiere que sepamos que, no importa cuán difícil sea la situación en la que estemos, Su gracia está siempre presente y es más que suficiente para que sintamos Su consuelo, Su paz, Su gozo y Su poder perfeccionándose en nuestra debilidad.

En Juan 14. 16, Jesús prometió a sus discípulos: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” Y el Espíritu Santo vino y está con nosotros para siempre, pero su función no es solamente consolarnos a nosotros, sino también capacitarnos para que seamos instrumentos para consolar a aquellos que están sufriendo las mismas aflicciones que nosotros hemos sufrido.

Cuando las cosas están bien, es fácil ser amigo. Sin embargo, en medio de las pruebas y las dificultades sólo aquellos que han sido tocados por la gracia, el amor y el consuelo del Señor serán capaces de permanecer cerca, y ser instrumento de consolación para los que sufren.

Asegurémonos que nuestra aflicción y nuestro dolor no hayan sido en vano. Dios siempre tiene un propósito al permitirlos en nuestra vida.

Si somos atribulados, dice la lectura bíblica de hoy, es para la consolación y la salvación de otros. Esto forma parte del plan de Dios en nuestra vida. ÉL quiere fortalecer nuestro espíritu por medio de la prueba, y a la vez capacitarnos para que consolemos a los que sufren cerca de nosotros, y que seamos instrumentos para la salvación de los incrédulos.

En momentos muy difíciles de nuestra vida recordemos, el apóstol Pablo clamó a DIOS para que lo librara de su aflicción (2 Corintios 12. 8), y el Señor le dijo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”  Pablo entendió perfectamente el mensaje de Dios, y pudo declarar con total seguridad: “Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy.”(2 Corintios 12. 9 - 10). ¿Podemos nosotros declararlo de esta manera?

Dios les bendiga abundantemente.

 

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