miércoles, 4 de mayo de 2022

Un momento... No está todo perdido

 


UN MOMENTO CON DIOS

No está todo perdido

 

"Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi DIOS, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!" (Salmo 18. 1 – 2)

 

Perder la esperanza es algo que puede ocurrir muy fácilmente, especialmente cuando más nos hace falta, es decir, cuando estamos sumergidos hasta el cuello en graves problemas o cuando hemos descendido tan bajo que llegamos a tocar fondo. En esos momentos, al analizar nuestra situación, nuestra mente nos indica que no hay posible solución y que todo está perdido. 

 Cuando los problemas nos agobian sin descanso y los conflictos surgen de todas las direcciones es muy poco el tiempo con que contamos para enfocarnos en cómo podemos escapar de la situación. El pánico nos inunda y el prospecto de que nuestra vida cesará se hace muy patente. Aún para un observador externo, que no está directamente siendo objeto de las dificultades, la situación lucirá como algo ineludible y el fracaso se verá como algo inevitable.

Tomemos un par de casos  de la Palabra de DIOS. Uno es el caso de José, el hijo de Jacob. Después de ser vendido por sus propios hermanos a la esclavitud, terminó dando con sus huesos en prisión. Todo iba de mal en peor, de libre a esclavo, de esclavo a preso y si las cosas continuaban así, pronto pasaría de preso a muerto. No obstante, a su debido tiempo Dios lo sacó de la terrible situación en la que José se encontraba y lo elevó nada menos que al segundo puesto de poder y autoridad que había en el reino de Faraón. Si eso no es un impactante y exitoso retorno, no sé qué lo pueda ser.

Al autor del pasaje de hoy, el rey David, también le ocurrió algo parecido. De fugitivo en constante huida llegó a ser un poderoso y exitoso rey que conquistó extensos territorios y amasó grandes bienes.

Para Dios no hay nada imposible. No importa cuán grande sea el problema en que nos hayamos envuelto, Dios siempre podrá bendecirnos con una impactante reparación.

En este mundo postmoderno, en el cual las incertidumbres y las dudas hacen estragos en la confianza de la gente no hay nada más refrescante que poder afianzarnos en algo sólido e inconmovible como la Palabra de DIOS. En ella podremos encontrar la solidez y el terreno firme que tanto ansiamos para reafirmar nuestra seguridad.

Apartemos un tiempo de nuestra agitada agenda para acercarte al remanso de paz y fuente de nuevas fuerzas que es la perfecta y digna de toda confianza Palabra de DIOS.  Depositemos toda nuestra confianza en el Señor y con valor y sin desmayar continuemos adelante que la victoria está muy cercana y la recompensa no se hará esperar.

Dios les bendiga abundantemente.

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