miércoles, 25 de mayo de 2022

Un momento... Llamar a lo malo bueno

 


UN MOMENTO CON DIOS

Llamar a lo malo  bueno

 

“¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” (Isaías 5. 20)

Esta es la realidad de la sociedad actual, que cada persona quiere vivir como quiere, hace lo que bien le parece, esta donde desee, y vive como se le antoje porque ninguna persona tiene derecho, ni libertad para decirle lo que debe hacer, y mucho menos juzgarlo por lo que piensa, siente y hace. 

Esto se llama anarquismo mental,  egoísmo personal, rebeldía social  y decadencia espiritual.

Mucha gente, de esta sociedad postmoderna ha cambiado el orden natural de las cosas, aunque ya lo anticipó el profeta Isaías, que a las cosas buenas las llaman malas y a las cosas malas las llaman buenas (Isaías 5.20).   

La base para determinar lo que es bueno, para estas personas, es la razón (absolutismo), es su conveniencia (egoísmo), es su libertinaje (rebeldía) y es su lógica (entenebrecimiento mental).

Jamás puede la razón ser un buen juez para determinar lo que es bueno, correcto y justo para una persona pues ésta no solo es imperfecta sino que tiene limitaciones como humana que es. La razón hace alianza con el corazón, el cual ligado a un sentimiento que no necesariamente es bueno, determinan lo que según ellos es correcto, aun cuando esto esté en contra de lo que DIOS ha dicho, lo que la Biblia dice, lo que el estándar de la sociedad práctica, y aun cuando las cosas no ayudan sino que solo fraccionan a las personas. 

Decir que solo nosotros estamos en lo correcto, y que solo  basados en nuestro razonamiento tenemos la verdad absoluta es hedonismo, soberbia, arrogancia y es tomar el papel de DIOS. 

Esto es rebeldía, autosuficiencia, antropocentrismo, porque  está centrado en el ego del hombre mismo al dejar a DIOS fuera de todo.  Es un absolutismo que ningún ser humano puede tener, solo  DIOS es absoluto y perfecto.  Dejar fuera a DIOS es retomar el pensamiento de Descartes.

Determinar que lo que uno cree y hace es siempre lo correcto. Creer, pensar y hacer lo que sea aunque con su conducta, comportamiento y hechos atropelle el derecho, la libertad, la fe, la verdad, y la dignidad de otra persona es irresponsabilidad humana e irracional. 

Es la sociedad en que vivimos, donde por la erosión de los valores morales y espirituales, intelectuales y familiares, cada persona tomando la libertad como la cobertura que le permite creer, pensar, sentir y decidir independientemente de los demás, determina lo que es bueno, correcto, y verdadero.

Hay irrespeto y desvalorización de la vida de las personas sin precedencia.  Hay un libertinaje donde se ha dado rienda suelta a la lujuria, al despilfarro no solo de dinero sino de la vida, del tiempo, la energía, a costa del descuido de la familia, de la integridad, de la verdad y de la moral.  

Lo triste es que el siguiente día, esta misma gente, como dice el libro de Proverbios  26 versículo 11, vuelve al mismo modo de vivir.  Esta misma gente, dice Proverbios, vuelven por la noche a la misma realidad,  a las mismas andadas. 

El apóstol Pedro habla de esto también en su segunda carta en el capítulo 2.

La gente que vive según el criterio de su mal llamada “libertad”, no se da cuenta que vive atado de sus vicios, el pecado los sujeta y los hace esclavos de sus malas  decisiones. Pero lo peor que quieren convencer a otros para arrastrarlos a la oscuridad en la que viven.

Los engañadores diseminan y promueven el error, y quedan vacíos porque no hay verdad en ellos. 

Por eso la mejor manera de vivir es hacerlo apegado a la verdad de DIOS y vivir de acuerdo a sus reglas para no tropezar en nuestro camino diario y no caer en las tinieblas del error.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”.  Salmo 119.105

Dios les bendiga abundantemente.

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