sábado, 7 de mayo de 2022

Un momento... Tomar una decisión

 


UN MOMENTO CON DIOS

Tomar una decisión

 

 “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal.” (Proverbios 3. 5 – 7)

 

A medida que transcurren los años de nuestras vidas, vamos pasando por situaciones de las cuales aprendemos algo. Poco a poco vamos acumulando conocimiento producto de esas experiencias, ya sea por errores que cometimos y trajeron malas consecuencias, o por decisiones que tomamos que resultaron en algo positivo. Esto es precisamente lo que llamamos “experiencia”.

No ha sido fácil adquirir esta experiencia, nos ha costado sufrimientos, ansiedades, dolores por los errores cometidos. Este proceso ha dejado cicatrices en nosotros. Y como resultado hemos logrado acumular un caudal de conocimiento del cual generalmente dependemos al momento de tomar una decisión. Es prácticamente imposible dejar de depender de él.

Sin embargo, esto es precisamente lo que nos exhorta a hacer el rey Salomón en el pasaje de hoy: “No te apoyes en tu propia prudencia.” Según el diccionario de la Real Academia Española, “prudencia” significa sabiduría, conocimiento, buen juicio. Es decir, no te guíes por lo que tú entiendes qué debes hacer; en vez de ello, “Confía en el Señor de todo corazón.”

No solamente es difícil dejar de guiarnos por nuestra “sabiduría”, sino es aún más difícil confiar totalmente en DIOS y dejar en Sus manos el control de la situación que tenemos enfrente y la autoridad para decidir lo que debemos hacer y qué camino debemos tomar. Sin embargo, esto es lo mejor que podríamos hacer.

Dios, que es Omnisciente, que ve todas las cosas que aún no han sucedido, que conoce el futuro ha planeado prosperarnos y darnos una vida mejor. Si se lo permitimos, ÉL se asegurará de que escojamos el camino correcto. Pero si dependemos de nuestros propios cálculos para analizar y tomar una decisión importante en nuestra vida, no hay absolutamente ninguna garantía que nuestras acciones estén de acuerdo a los planes de DIOS, y por lo tanto no hay ninguna seguridad de que los resultados serán buenos. Aunque seamos capaces de hacer una elección inteligente, nuestra incapacidad para ver lo que está por delante limita nuestra capacidad de decisión.

Debemos empezar por hacer al Señor partícipe de nuestras inquietudes, dudas, decisiones a tomar, etc. Aunque muchas veces no estemos seguros de lo que Dios quiere que hagamos, el solo hecho de mostrar confianza en Su dirección y en Su poder, y el deseo de agradarle a ÉL, es suficiente para que tome el control y no nos permita hacer algo que no está dentro de su voluntad.

Cuando buscamos Su ayuda, de alguna manera Dios mueve las circunstancias, cierra o abre puertas y nos “empuja” por el camino que debemos tomar. Esto dice el pasaje de hoy: “Reconócelo en todos tus caminos, y El allanará tus sendas.” Esta es la clave. Nosotros hacemos nuestra parte y ÉL hace el resto y nos da la victoria.

Dios proveyó al ser humano con la capacidad para tomar decisiones, y también le ofreció su ayuda para hacer una buena elección. Dediquemos tiempo a orar antes de tomar cualquier decisión. Clamemos al Señor por Su ayuda, y entonces escuchemos atentamente, y esperemos pacientemente hasta que tengamos la absoluta seguridad de que DIOS nos ha hablado. Entonces recién actuemos.

Dios les bendiga abundantemente.

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