lunes, 13 de enero de 2020

Tiempo... Isaías 52. 2



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion”.  Isaías 52. 2


Si observamos a un bebé llorar veremos que lo que lo calma más rápido es la mirada de su papá y cuando este le extiende sus brazos para alzarlo.
Cuantas veces intentamos hacer cosas, nos propusimos no caer más en lo mismo, no ser esclavos de lo mismo que antes éramos esclavos pero, quizás nuevamente hemos caído en lo mismo que antes. Es tiempo de sacudirnos el polvo, levantarnos y alzar nuestra mirada hacia nuestro Padre celestial.
Es la hora de que soltemos aquellas ataduras que durante mucho tiempo nos han tenido presos, Israel salió de Egipto pero durante todo el caminar por el desierto estaba atado a Egipto, su corazón estaba atado a su vieja vida, a las viejas experiencias.
Dios quiere decirnos que es tiempo de que nos sacudamos del polvo y nos levantemos; no todo está terminado, es más el comienzo de una gran victoria normalmente es un fracaso.
Los fracasos y caídas del pasado únicamente Dios los permite para que nos hagamos más fuertes y así poseamos todo lo bueno que Él tiene para nosotros.
El pasado no marca nuestro futuro, nuestro futuro lo determinamos nosotros con las acciones del presente; por eso sacudámonos el polvo y levantémonos.
no nos quedemos postrados, no permitamos que el tiempo se pase y simplemente sigamos contándole a los demás la causa y razón por la cual estamos donde estamos.
Dios le envió este mensaje a su pueblo , porque estaban cautivos de aquella caída , en otras palabras Dios les decía lo que paso pasado es, entra en el nuevo nivel al cual te quiero meter. Sacudirse del polvo quiere decir que aunque en el pasado lo intentamos y no lo logramos , en el futuro si lo lograremos , que aunque las cosas no salieron bien en el pasado en el presente si pueden salir bien si nos sacudes del polvo y nos levantamos en el nombre de Jesús.
A Dios no le interesa lo más bajo que hayamos podido caer, a Él le importa que nos sacudamos del polvo, pidamos perdón, rectifiquemos nuestros errores con Su ayuda y nos levantemos para obtener la victoria.
Dios les bendiga abundantemente.

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