viernes, 31 de enero de 2020

Tiempo... 1 Corintios 3. 18 - 20



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos” 1 Corintios 3. 18 – 20


De acuerdo a esta palabra, la sabiduría de la humanidad es necia para Dios, pues muchos creen entender y explicar a Dios fuera de su Palabra y solo se han quedado en suposiciones y teorías. La Biblia dice “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento”, (2 Corintios 2. 14).
Pablo habla de un olor que no se percibe con el olfato natural, es el olor del conocimiento de Dios y da gracias porque siempre nos lleva en triunfo en Cristo Jesús.
Ahora, podemos ver que el estado de triunfo espiritual es sobre las tentaciones, las angustias y las decepciones y esto manifestará en mí el olor de su conocimiento. El estado de derrota, soledad, amargura y pecado producirá un olor de muerte, porque la paga del pecado es muerte.
Las preguntas son: ¿Cuánto conozco de Jesús?, ¿cuánto conozco de su triunfo en la cruz que afecta profundamente mi diario vivir?, ¿estoy dando ya el olor de su conocimiento?
Cuando Pablo les dice a los corintios que no se engañen, quiere ayudarles a que no cometan el error de basar sus vidas en la sabiduría humana, la cual les fallará en algún momento. Les aconseja hacerse sencillos, que se den cuenta de su propia falta de conocimiento, y así disponerse a recibir la sabiduría que Dios les quiere dar.
Pablo repite esto una y otra vez: “Porque la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios”, (1 Corintios 3.19). Si miramos la ciencia y la sabiduría del mundo, cuánto ha avanzado, pero aún tiene limitaciones, y solo podrá ser un pequeño toque al lado de la magnífica creación de Dios.
La verdadera sabiduría sólo proviene de lo alto, del Padre Celestial, pues su Palabra dice: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. (Proverbios 9.10).
Dios les bendiga abundantemente.

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