sábado, 4 de enero de 2020

Tiempo... Eclesiastés 3. 1



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre”.
Eclesiastés 3.1


La vida está llena de procesos. Desde que ocurre la unión entre el óvulo con el espermatozoide comienza el proceso de la vida.  Este primer proceso dura en promedio, unos 9 meses.  
Muchos de los procesos que experimentamos deben seguir un orden y una cantidad de tiempo.  
Por ejemplo, cuando se confecciona un pastel, es necesario contar de antemano con la receta, para comprar los ingredientes necesarios.  Al momento de hacerlo, necesitamos dejarnos llevar por el procedimiento que se ha establecido para ese pastel en particular.  Si se salta uno de los pasos o se le añade algún ingrediente de más podría ocasionar que el bizcocho no salga como debería.
De igual forma pasa en nuestras vidas, debemos de mantenernos siempre preparados para las circunstancias, pruebas o tentaciones que vengan a nuestra vida.  Debemos conocer cómo se trabaja cada situación y para lograrlo debemos de leer la Biblia.  
La Biblia es nuestro libro de instrucción.  En Oseas 4. 6 dice: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…”; en la Palabra de Dios es donde únicamente podemos encontrar tal conocimiento, para no ser destruidos o engañados. 
Cada proceso es diferente; unos son más largos que otros, pero todo en la vida es un proceso. 
Tal y como dice Eclesiastés 3. 1, todo tiene su tiempo.  Una parte del Fruto del Espíritu  es la paciencia, la cual debemos de poner en práctica, para que la misma siga creciendo y podamos esperar el tiempo que Dios ha designado para que se cumpla lo que Él mismo ha establecido para nuestras vidas.  
Muchas veces la espera desespera, pero si nos mantenemos esperando en la voluntad de Dios (en su tiempo) obtendremos la victoria.
Dios les bendiga abundantemente.

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