LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 3
En los
capítulos 1 y 2 observamos que el hombre se encuentra en un estado de
inocencia; todo es allí perfección y hay una relación de comunión entre Dios y
el hombre.
Pero en el momento en que comenzamos a leer el capítulo 4 y
continuamos hasta el capítulo 11, vemos que existen los celos, la ira, el
asesinato, la mentira, la maldad, la corrupción, la rebelión y el juicio.
Y surge la
pregunta. ¿De dónde provino todo esto? ¿Cómo empezó? ¿Dónde se originó?
En este
capítulo 3, encontramos la explicación divina sobre la actual condición caída
del hombre. Aquí aprendemos acerca de las estratagemas sutiles de nuestro
enemigo, el diablo. Contemplamos la impotencia total del hombre para transitar
por el sendero de la justicia sin contar con la gracia divina.
Descubrimos
también los efectos espirituales del pecado y al hombre procurando huir de
Dios, y aprendemos que el hombre no puede acercarse a Dios, a no ser que sea a
través de un mediador.
En primer
lugar surge la pregunta: ¿Por qué la tentación? Si volvemos a los capítulos 1 y
2, vemos que el hombre fue creado inocente, pero no justo. ¿Qué es la justicia?
La justicia
es la conservación de la inocencia ante la presencia de la tentación. El jardín
del Edén no era un invernadero en el cual el ser humano estuviese protegido
como una planta. El carácter debía desarrollarse y solo podía hacerlo ante la
tentación. El hombre fue creado como un ser responsable. El era responsable de
alabar a Dios dándole la gloria, de obedecerle, de servirle, y de someterse al
gobierno divino.
La serpiente
fue una criatura utilizada por satanás, él la usó y este es el método que él
emplea en la actualidad.
El tentador
sabía lo que estaba haciendo y, como ya hemos leído, utilizó un método sutil,
haciendo una pregunta que arrojó dudas sobre la Palabra de Dios:
"¿Con que Dios os ha dicho: no comeréis de ningún árbol del huerto?".
El provocó dudas en la mente de la mujer y atrajo su curiosidad. Y Eva terminó
aceptando discutir las órdenes del Creador.
En la
tentación del jardín del Edén Satanás quiso interponerse entre el alma del ser
humano y Dios. En otras palabras, quiso apartar al hombre de Dios para ganarle
para sí mismo, para convertirse en su dios.
Adán y Eva en
vez de confesar su pecado, cosieron hojas de la higuera para cubrirse, antes
que confesar a Dios el pecado de sus corazones.
El hombre,
ese ser creado por Dios, se ha apartado de su Creador. Y Dios, por lo tanto,
está obligado a juzgarlo.
Con esta
escena de alejamiento y separación termina este capítulo y de aquí en adelante
veremos como se desarrolla el propósito de Dios para volver a tener comunión
con el hombre que creó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario