LECTURA
DIARIA:
Génesis capítulo 19
Cuando
llegaron los ángeles a Sodoma, Lot estaba sentado a las puertas de la ciudad.
La puerta de
la ciudad era el lugar donde se reunían los funcionarios y otras personas para
discutir los temas de actualidad y para realizar transacciones comerciales. Era
un lugar donde se demostraba autoridad y posición, donde uno podía ver y ser
visto. Evidentemente Lot tenía una posición importante en el gobierno o estaba
relacionado con alguien que la tenía.
Al igual que
Abraham, Lot era hospitalario con los visitantes al invitarlos a posar en su
casa. A pesar de la negativa de los viajeros, Lot logra convencerlos de que
vayan con él.
Los hombres
de la ciudad querían abusar de los visitantes de Lot de una forma sádica y
homosexual. Para protegerlos de semejante ataque, Lot ofrece hasta sus propias
hijas. De acuerdo con las costumbres del antiguo Oriente, la obligación de
proteger la vida de un huésped era aun más importante que el honor de una
mujer. A pesar de esto muestra también que Lot se había endurecido ante los
actos perversos de una ciudad malvada.
Cualquiera
que haya sido el motivo de Lot, vemos aquí una ilustración de la terrible
maldad de Sodoma, una maldad tan grande que Dios tuvo que destruir la ciudad
entera.
Dios prometió
perdonar a Sodoma si se encontraran allí diez justos. Obviamente, no se
pudieron encontrar ni siquiera diez, ya que los ángeles llegaron para destruir
la ciudad.
Ante la
destrucción, cuando Lot dudó, el ángel lo tomó de la mano y lo sacó
rápidamente.
La esposa de
Lot miró hacia atrás para ver la humeante ciudad de Sodoma. Aferrada a las
comodidades del pasado, no estaba dispuesta a volverse completamente del pecado
y quedó convertida en una estaua de sal.
Sólo Lot y
sus hijas sobrevivieron de la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Fue tan terrible la destrucción que llegaron a creer que todo había sido destruido. Esa percepción llevó a las hijas de Lot a tomar medidas extremas, pues no querían morir sin tener hijos.
Fue tan terrible la destrucción que llegaron a creer que todo había sido destruido. Esa percepción llevó a las hijas de Lot a tomar medidas extremas, pues no querían morir sin tener hijos.
Este tipo de
relaciones entre padre e hija se llama incesto. Claramente esto es
prohibido. Sin embargo, las hijas de Lot lo encontraron aceptable porque
le servía para sus fines. Pero la Biblia NO enseña que “el
fin justifica los medios”, sino todo lo contrario. Sin duda las
hijas de Lot habían sido influenciadas por la perversión de Sodoma.
Lot no estaba
de acuerdo con el incesto, y por eso lo emborracharon, pero su pecado fue
exponer a sus hijas a un ambiente perverso que las
contaminó. El pecado tiene sus consecuencias.
Tal vez
pareciera que las hijas de Lot se salieron con la suya, pero su mala decisión
tuvo consecuencia. Los descendientes de las hijas de Lot son los
moabitas y amonitas, quienes se convirtieron en enemigos de Israel más
adelante. El Señor decretó que no podrían entrar a formar parte de
Israel sino hasta que muchas generaciones pasaran.
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