LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 29
Jacob tuvo
que salir de la Tierra Prometida
porque su hermano Esaú lo quería matar. Sin duda no iba contento,
porque su destino estaba en la
Tierra.
Sin embargo, luego del encuentro con Dios en
Betel, Jacob iba con otra perspectiva. Llevaba consigo la esperanza de
regresar y el consuelo de no ir solo. Jacob iba encomendado por sus padres a
Harán con otra misión, conseguir una mujer entre la parentela.
Así como el
siervo de Abraham cuando fue a buscar mujer para Isaac, también Jacob llegó a
un pozo. Allí era el lugar donde los locales se encontraban, mientras
iban a abrevar a sus rebaños. También allí pasaban los viajeros, para
suplirse de agua.
En los
lugares desérticos se solía tapar los pozos con rocas para evitar que la arena
cayera en el agua y lo cubriera o lo contaminara. En la historia de
Jacob, dice que la piedra era grande, y por esa razón los pastores esperaban a
que varios se reunieran para poder moverla entre varios.
Jacob había
llegado al mismo pozo donde el siervo de su abuelo Abraham se había encontrado
con su madre Rebeca. Ahora él se iba a encontrar con una prima, sobrina de
su madre.
Al
encontrarse con Raquel y sus parientes, allí en el pozo, Jacob hizo algo que
llamó la atención de ellos, quitó la piedra que cubría el pozo él solo.
Seguramente
Raquel se sorprendió por la reacción de este extraño, no sólo porque la besó,
sino porque movió él solo la pesada piedra.
Pero Jacob
fue muy bien recibido por su tío Labán y todos los demás.
Jacob ya
había pasado un mes con sus parientes, más del tiempo normal de una
visita. Por lo tanto, Labán se vio obligado a preguntar a Jacob definir
su situación.
Era evidente
que Jacob no estaba siendo un huésped acomodado, sino que estaba ayudando y
trabajando. Pero si él se iba a quedar por más tiempo, tenían que definir
su status laboral y familiar.
Jacob
aprovechó el momento para explicar la razón de su visita y su estadía. El
no sólo buscaba refugio, sino que también tenía la intención de buscar esposa,
la cual esperaba encontrar entre su parentela.
En la
antigüedad se acostumbraba dar una dote a la familia de la novia. Pero
Jacob no tenía nada. A diferencia del siervo de Abraham, quien llevaba
obsequios, Jacob no llevaba nada más que su persona. No tenía nada que
ofrecer más que su trabajo.
Por eso le
ofreció a Labán, trabajar siete años para él. La Biblia señala que el
período de servicio de un esclavo hebreo eran precisamente siete años.
Jacob sirvió
esos siete años con gusto, porque estaba enamorado de Raquel.
Lo que
sucedió es que su tío le dio a Lea como esposa en lugar de Raquel. Jacob había
engañado a su padre, y luego su suegro lo engañó a él.
Jacob aceptó
trabajar siete años más porque amaba a Raquel.
Las
consecuencias de este engaño resultaron en un conflicto familiar que duró toda
su vida, y que trascendió a la siguiente generación. No sólo hubo
conflicto entre las dos hermanas, Raquel y Lea, sino también entre sus hijos.
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