LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 21
Por lo
general, las promesas de Dios tienen un tiempo de espera.
En el caso de Abraham, él tuvo que esperar 25 años para el cumplimiento de la suya. No sólo la espera fue larga, sino que las circunstancias eran adversas al cumplimiento de la promesa.
En el caso de Abraham, él tuvo que esperar 25 años para el cumplimiento de la suya. No sólo la espera fue larga, sino que las circunstancias eran adversas al cumplimiento de la promesa.
Sea cual sea
el tiempo de espera, Dios cumple lo que promete. Y El lo envía en el
momento indicado, en el tiempo señalado.
Abraham tenía
100 años cuando nació Isaac. Isaac, en hebreo Yitzjak significa
“reirá”.
Su nombre está
relacionado con la risa que provocó a Abraham la idea de tener un hijo de
Sara.
Para Sara, su
hijo Isaac era motivo de regocijo, pero para Ismael, el hijo de Agar, el niño
era motivo de burla.
Luego del
nacimiento de Isaac, volvió a salir a flote el conflicto entre Sara y Agar, el
cual se transmitió a sus hijos Ismael e Isaac.
Ante esto,
Sara pidió la intervención de Abraham. El conflicto era de “herencias”. Pero no
sólo se trataba de la herencia material, sino de la herencia espiritual, del
Pacto con Dios.
Sin lugar a
dudas, la decisión que Abraham debía tomar era difícil y trascendental.
El texto en
hebreo dice literalmente que el asunto era “malo a sus ojos”.
Humanamente
parecía injusto echar fuera a Ismael ya que también era su hijo. Por
muchos años, él lo había considerado como el hijo que Dios le había
prometido.
En la
antigüedad, quien llevaba el nombre del padre era el primogénito. Pero
Dios le habló a Abraham y le dijo: “Por Isaac será llamada tu descendencia”, el
Señor le estaba diciendo a Abraham que Isaac llevaría su nombre, no
Ismael. Isaac era el primogénito de la promesa, el hijo del pacto
divino.
Abraham
despide a Agar y a su hijo, esto parece muy “cruel”. Pero veremos que el
corazón de Dios no es de desprecio ni crueldad. Dios estaba pendiente de
Ismael, y oyó su clamor.
El Señor
tenía contempladas bendiciones para Ismael, sin embargo, él no debía formar
parte en ese momento de la promesa hecha a Abraham.
En la
historia vuelve a aparecer Abimelec, el rey de Gerar.
Abimelec llegó a hacer un pacto de paz y
respeto mutuo con Abraham, quien estuvo de acuerdo. Pero aprovechando el
acercamiento, Abraham se quejó de una injusticia hecha en su contra sobre un
pozo de agua que él había cavado. Abimelec y Abraham llegaron a un acuerdo
de respeto mutuo.
Como
testimonio del pacto, Abraham le dio 7 ovejas a Abimelec, y luego plantó un
árbol.
“Beerseba”
significa literalmente: Pozo de Siete o del Pacto.
En ese lugar,
Abraham volvió a invocar el Nombre de Dios. Esta es la primera vez que se menciona
el nombre de “Dios Eterno” (heb. El-Olam). Este nombre no sólo
implica eterno en cuanto a “todos los tiempos”, sino también en cuanto a “todos
los lugares y naciones”. También se traduce como “Dios del universo”.
Abraham no
plantó el tamarisco como señal del pacto con Abimelec, sino del pacto con
Dios.
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