sábado, 26 de febrero de 2022

Un momento... Deleitarse en la Palabra de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Deleitarse con la Palabra de Dios

 

“Pongan ustedes en práctica los mandamientos que yo les he ordenado hoy, para que así puedan vivir y llegar a ser un pueblo numeroso, y conquisten este país que el Señor prometió a sus antepasados.” (Deuteronomio 8. 1)

 

La Biblia debe ser el plato fuerte de nuestra dieta literaria. Si en lugar de pasar tanto tiempo en la computadora o en los juegos, lo pasáramos ocupados en la Palabra de DIOS, nuestro espíritu y nuestro carácter serían fortalecidos y estarían florecientes. No importa cuáles sean nuestras circunstancias, experimentaremos gozo interior. La satisfacción que se deriva de tener una vida de obediencia no se tiene sin la Biblia.

         En la Palabra de DIOS encontramos la manera cómo piensa el Señor, y lo que ÉL hace. También descubrimos los preceptos para tener una vida exitosa. En realidad, ¿cómo podemos tener fe en DIOS si no lo conocemos? ¿Y cómo podemos ser como Jesús, si no practicamos la conducta que ÉL indica en las Sagradas Escrituras?

         DIOS dijo a los israelitas que no se desviaran de su Palabra, ni a la derecha ni a la izquierda. Sólo una ruta recta haciendo Su voluntad se traduciría en éxito, incluso cuando ciudades amuralladas como Jericó fueran un obstáculo (Josué 6. 2).

Lo que esto significa en términos prácticos es que cada vez que tomemos una decisión debemos examinarla cuidadosamente por medio de lo que sabemos del Señor por la Biblia.

         Al enfrentar una crisis, escudriñemos la Biblia para responder, ¿qué quiere el Señor que haga? No vivamos confiando en la opinión de otros, o en nuestra propia inteligencia. Más bien, conformemos nuestra mente, corazón y voluntad a los preceptos bíblicos.

         El pan mantendrá nuestro estómago lleno, pero nuestra vida estará vacía sin el diario alimento de la lectura y la meditación. Aprendamos a reconocer el hambre espiritual para empezar a deleitarnos con la Palabra de DIOS.

Dios nos bendice abundantemente. Por su infinito poder y amor, recibimos provisión, no solo en medio de las pruebas sino cuando hemos atravesado exitosamente los desiertos.

No obstante, cuando hayamos sido abundantemente bendecidos, no podemos olvidar quién fue el que lo hizo: nuestro amoroso Padre celestial.

A Él debemos agradecerle y guardarle fidelidad en todo momento de nuestra vida.

Dios les bendiga abundantemente.

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