viernes, 4 de febrero de 2022

Un momento... Andar en luz

 


UN MOMENTO CON DIOS

Andar en luz

 

La Biblia nos habla de vivir en la luz así como Dios está en la luz. Pues es vivir en bondad, en justicia en rectitud, es decir con sinceridad y autenticidad.

En la creación lo primero que Dios hace es establecer luz y esa luz trae separación. No podemos decir que somos hijos de luz si no ha habido un desprendimiento visible de las tinieblas en nuestra vida, si no nos hemos separado de nuestra antigua manera de vivir, de pensar, de sentir, de hablar, no podemos decir que la luz ha venido a nuestra vida, si seguimos haciendo lo que antes hacíamos, si andamos con quienes antes andábamos. La luz nos separa.

La luz manifiesta todas las cosas. Quien camina en luz, camina en integridad, camina en verdad, es transparente y demuestra esa transparencia ante todos los que le rodean. Por el contrario quien camina en tinieblas oculta y engaña.

La luz hace que las semillas que han sido puestas en nosotros den el fruto que deben dar. Dios nos creó con la capacidad de dar fruto que glorifique su nombre, sin embargo, no daremos ese fruto si hay tinieblas en nuestra vida. Las tinieblas matan la semilla.

Pablo instruyó en cuanto a no tener nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad. Un hijo de Dios, simplemente no puede participar en las obras inútiles de los que pertenecen al reino de la oscuridad, de la misma manera que la luz y la oscuridad no pueden mezclarse en el mundo físico.

«No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor» (Efesios 5. 7 – 10)

Pablo continua diciendo: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.» (Efesios 5. 15 – 17)
Nuestra tarea es hacer resplandecer la luz de la Palabra de Dios, para que sea lumbrera en el camino de las personas que nos rodean.

Para poder andar en luz, lo primero que necesitamos es tener una profunda comunión con Dios. Tener comunión con Dios significa tener un compromiso muy profundo, con Él, con su Palabra y con el servicio de su reino.

“Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” (1 Juan 1. 6) 

Tener comunión con Dios es algo que cambia nuestra vida. Nos da un nuevo ser. Nos aleja de una vida de pecado. Es decir, tener comunión con Dios es andar en luz. Es por esta razón que Juan dice que, si alguien afirma que tiene comunión con Dios, pero vive en la oscuridad es un mentiroso.  

Esto no significa que al tener comunión con Dios vamos a ser perfectos y nunca vamos a pecar. Ya que al ser seres humanos imperfectos siempre habrá momentos en los que le fallemos nuevamente a Dios. Pero esto es muy diferente a vivir una vida de pecado.

El creyente debe vivir en esta tierra demostrando que pertenece a Cristo, que no anda en tinieblas sino en la luz de Cristo.

Dios les bendiga abundantemente.

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