domingo, 12 de julio de 2020

Tiempo...Juan 3. 16



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.” Juan 3.16.


El amor de Dios es tan grande que no pudo resistir más estar separado de aquel ser que había sido el broche de su creación.
“yo te he amado con amor eterno;  por eso te sigo tratando con bondad. “ Jeremías 31. 3.
Desde la antigüedad, Dios ha buscado restablecer su comunión con el hombre, interrumpida por su desobediencia.
“Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí;  o al menos créanme por las obras mismas.”
Juan 14. 11.
Jesús trató en todo su ministerio, de que la gente entendiera quien era y porque había venido, incluso haciendo milagros que ninguna persona humana podía hacer.
“Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.”
Juan  8. 12.
Jesús hablando de sí mismo dio a entender su intención de alumbrar el camino de la humanidad, para no estar más en la más absoluta oscuridad espiritual.
Él no solo dijo, "sigan mis palabras y encontrarán la verdad". Él dijo, "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino a través de Mí".
Juan 14. 6.
Para llegar a Dios debemos hacerlo a través de Jesucristo, necesitamos encontrarnos con la persona de Cristo y luego seguirlo.
“Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.” Apocalipsis 3. 20.
Jesús nos conoce, por eso, Él viene en persona a la puerta de nuestro corazón, pero nosotros tenemos la llave del lado de adentro, Él quiere entrar, pero somos nosotros los que debemos abrir.
 “Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón". Jeremías 29. 13 - 14.
Él conoce nuestro corazón y sabe cuándo somos sinceros o no, por eso, búscalo sinceramente, Él está más cerca de lo que tú piensas y está buscándote.
"Los conozco, y ellos me siguen, y les doy vida eterna, ellos nunca perecerán, y nadie los sacara de mi mano.”
San Juan 10. 27 – 29.
Confiemos en Cristo, Él nos conoce y nos ama, sigámoslo, Cristo no solo quiere darnos su vida aquí, sino, que quiere que estemos con Él eternamente, además nadie, nadie, nos puede separar de su lado.
Confiemos, ya está todo hecho, solo tenemos que creer, invitar a Cristo a entrar en nuestra vida y comprobar la vida hermosa que tiene preparada para nosotros.
Dios les bendiga abundantemente.

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