miércoles, 15 de julio de 2020

Tiempo... Romanos 13. 8 - 12


TIEMPO DE REFLEXIÓN

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”. Romanos 13. 8 – 12.


Dios en su amor, espera que sus hijos no debamos nada a nadie, porque bajo la ley del amor, el tener deudas con alguien, es no demostrarle amor a esa persona. Como vemos el amor al prójimo es mucho más profundo que sonreír, dar un abrazo y un beso.
Los mandamientos se resumen en esta sentencia, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si amamos a una persona, vamos a evitar hacerle daño en ningún sentido, las personas que dañan a otros, evidentemente están expresando lo contrario a lo que Dios dice, no importando las razones con las que pueda excusarse.
Es bueno tomar en cuenta la profundidad del pensamiento de Dios, dado que todas estas conductas, afectan directamente la comunión con nuestro Padre Celestial.
Como dice el pasaje, “El amor no hace mal al prójimo”, por eso no retengamos el amor que Dios ha puesto en nuestro corazón, dejémoslo salir, hay mucha gente a nuestro alrededor que lo necesita. Además es la mejor manera de cumplir la Ley.
Es hora de levantarnos del sueño, nos dice el Señor aquí, hasta conocerlo, estábamos muertos en nuestros pecados, pero ahora que estamos en Él, muchas veces estamos como dormidos, la vida continúa a nuestro alrededor, pero nosotros no nos damos cuenta.
Abramos nuestros ojos espirituales, desechemos las obras de las tinieblas, y vistámonos con las armas espirituales del Señor. La segunda venida del Señor está cada vez más cerca, alumbremos con nuestra vida a esta sociedad, dado que más que nunca nos necesita, somos el cuerpo de Cristo, somos cartas legibles, diría Pablo en otro momento, tenemos a Cristo, pero tenemos también el mensaje que la sociedad necesita.
Pensemos por un momento, que vamos caminando por una calle de noche, y de pronto se apaga toda la luz, todo queda totalmente a oscuras, no se ve, ni las manos, dirían en el barrio. ¿Cómo encontramos el camino así?
Lo mismo le pasa a la sociedad, si nosotros apagamos la luz que Dios ha puesto en nosotros, a través de nuestros pecados. Pueden escuchar nuestra voz, si hablamos, pero como pasa en la oscuridad, cuando escuchamos que alguien habla, en medio de la penumbra de la noche, solo genera inseguridad y confusión, lo mismo siente la sociedad cuando siente que alguien habla de Dios viviendo en medio del pecado.
Dejemos de lado toda especie de pecado, vivamos en santidad y en plena comunión con nuestro Señor Jesucristo.
Dios les bendiga abundantemente.

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