TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Dad
a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la
santidad”. Salmos 29. 2
La
humanidad entera fue creada para adorar a Dios, pero desafortunadamente el ser
humano se centra en sí mismo y termina adorando a cualquier persona o cosa,
menos a Dios.
La pregunta es: ¿Cuál es la adoración que agrada a Dios?
La pregunta es: ¿Cuál es la adoración que agrada a Dios?
Veamos
a David llamado “el dulce cantor de Israel” era un hombre con un corazón
conforme al corazón de Dios, enamorado y apasionado por Dios. Observamos la
profunda relación entre la adoración y el mover del Espíritu Santo, entre el
amor a Dios y la adoración genuina.
Dios mismo dio testimonio de cuanto amaba a David, lo puso como rey de Israel; Jesús es llamado “hijo de David”; su nombre: David significa “amado” “bien amado”, era un hombre con una íntima y profunda relación con Dios. Los últimos salmos son escritos cuando David era un anciano y cada uno es una invitación a alabar y adorar a Dios, con un amor profundo.
Dios mismo dio testimonio de cuanto amaba a David, lo puso como rey de Israel; Jesús es llamado “hijo de David”; su nombre: David significa “amado” “bien amado”, era un hombre con una íntima y profunda relación con Dios. Los últimos salmos son escritos cuando David era un anciano y cada uno es una invitación a alabar y adorar a Dios, con un amor profundo.
En
los salmos podemos ver a David viviendo muchas experiencias, acercándose a Dios
para agradecer, para adorar, para pedir ayuda, para pedir perdón y a pesar de
sus muchos errores, tuvo la virtud de humillarse ante el Señor y someterse a su
corrección.
La
Biblia dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren”. (Juan 4.23).
Dios está buscando adoradores, hombres y mujeres que levanten su voz en alabanza y adoración, como David lo hacía, apasionado por Dios, buscando su rostro en la intimidad, en lo secreto, y guiando a otros a su presencia.
Dios está buscando adoradores, hombres y mujeres que levanten su voz en alabanza y adoración, como David lo hacía, apasionado por Dios, buscando su rostro en la intimidad, en lo secreto, y guiando a otros a su presencia.
Dios
honra a quienes le honran, por tanto engrandece a Dios y Él nos dará lugares de
bendición y privilegio en la tierra, pero siempre tengamos presente: Él es el
más importante, Él es la razón de nuestra adoración.
Dios
les bendiga abundantemente.
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