TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Por
tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán
una sola carne”. Génesis 2. 24
“Él
respondiendo les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón
y hembra los hizo y dijo: Por esto el hombre dejara padre y madre, y se unirá a
su mujer y los dos serán una sola carne?”. Mateo
19. 4 – 5.
Hoy
tocar el tema del matrimonio es algo álgido, pues para la mayoría el matrimonio
es una relación que se debe adaptar al ritmo de los tiempos y de acuerdo a la
necesidad. Pero se tiene que observar y revisar bíblicamente las implicaciones
que tiene el matrimonio.
La
esencia del matrimonio tiene origen divino, sólo Dios que estableció el
matrimonio puede reglar su inicio, desarrollo y su terminación. El matrimonio
es la primera institución social en la esfera humana. Es básica en el tejido
social. El ataque a la institución matrimonial es un ataque a la sociedad
humana que Dios estableció.
La
iniciativa del matrimonio viene de Dios, Él dijo: “No es bueno que el hombre
este solo. Le haré una ayuda idónea para él”. Génesis 2.18.
La
respuesta de Dios: “Es la solución al problema de la soledad”. La compañía es
la esencia del matrimonio.
Bien
lo podemos llamar: El pacto del compañerismo que implica unión de metas,
planes, esfuerzos, sueños y pensamientos; además de eso intimidad física.
“La
idea de pacto o contrato se acepta en el Oriente para: Tratados, pactos de
trabajo, y cualquier tipo de acuerdo, incluyendo el matrimonio” Un pacto no
sólo se fundamentaba en beneficios y penalidades, sino también en mutua lealtad
y preocupación, a menudo se expresaba con la palabra amor.
El
matrimonio en la Biblia es un acuerdo contractual, con deberes y privilegios.
Un matrimonio por pacto, y no una unión sexual solamente. Emocionalmente el
hombre llena su área faltante femenina y la mujer su faltante masculino. Ambos
llegan a ser completos, se vuelven en el Señor: Un cuerpo, un alma, un
Espíritu.
El propósito de Dios en el matrimonio es la relación hasta la muerte. Es un pacto integral de compañerismo duradero. La Biblia dice: “y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Eclesiastés 4.12.
El propósito de Dios en el matrimonio es la relación hasta la muerte. Es un pacto integral de compañerismo duradero. La Biblia dice: “y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Eclesiastés 4.12.
Dios
les bendiga abundantemente.
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