TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Porque
el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes
de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Apocalipsis
7. 17
Dos
caminos tenemos puestos ante nuestros ojos, la vida o la muerte. No sólo se
trata de una vida física o una vida biológica, sino que hay dos opciones aquí:
una vida en abundancia y paz, o una vida en derrota, la cual genera dolor y
muerte.
Cada
decisión que tomamos, cada rumbo de nuestros pasos sólo tienen estos dos
caminos, no hay un destino intermedio. Sin Jesús en nuestro corazón, sin su
dirección, nuestras decisiones de seguro tendrán consecuencias dolorosas, mas
con su guía aunque con dificultades, tendremos la victoria siempre.
Elegir
es nuestra responsabilidad, elegir la vida en vez de la muerte, nuestra única
conveniencia y nuestra única posibilidad viable. Esta fue la misión de nuestro
Señor Jesús, tendernos un puente de vida, darnos otra opción diferente al
pecado y a la muerte, abrir un nuevo camino por medio de su sangre preciosa
derramada en la cruz del Calvario, pues antes todos éramos esclavos sin ninguna
posibilidad.
Así
que, si tenemos la opción de la vida abundante, hagamos nuestro lo que Cristo
ya nos dio en la cruz; con toda confianza pensemos en cada cosa que hacemos, si
está dirigida por el Dios de la vida, o si por el contrario ha sido tomada
independientemente, en nuestras fuerza. En la respuesta a esta pregunta, está
el diagnóstico de nuestro estado actual.
Dios
les bendiga abundantemente.
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