TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“…
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo”. Efesios
4.13
Cuántos
han puesto los ojos en amigos o familiares cristianos de no buen testimonio y
esto ha servido de excusa para no adquirir compromiso con el Señor, pero
nuestro modelo a seguir es el carácter de Jesús.
Desarrollar
el carácter de Cristo es tarea ineludible del cristiano, pues Dios mira el
corazón, y el carácter tiene su fundamento en el corazón de la persona, por
tanto, es necesario guardarlo sobre toda cosa guardada. Dios quiere formar en
nosotros el carácter de Cristo, pero depende de nosotros y de cuánto permitamos
la guía del Espíritu Santo.
Pablo
nos exhorta diciendo: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del
viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en
el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en
la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4. 22 - 24.
Se
trata de una nueva vida que inicia con una renovación de nuestra manera de
pensar para que podamos vivir la voluntad de Dios que es buena, agradable y
perfecta.
Dios
es nuestro ayudador si queremos desarrollar el carácter y alcanzar madurez
espiritual. La Biblia dice: Es necesario que él crezca, pero que yo
mengüe.” Juan 3.30, es decir que tenemos que dejar vivir a Cristo en
nosotros, y así poder caminar en integridad, mansedumbre, justicia, bondad y
humildad. Un carácter como el de Cristo sólo se logra cuando nos mantenemos en
intimidad con él.
Dice el salmista: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová”
Dice el salmista: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová”
Salmos
24. 3 - 5.
Dios
les bendiga abundantemente.
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